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Luis XTravaganza del Vogue de Madonna sobre la comunidad LGBTI y racismo – Entretenimiento – Cultura

por Redacción BL
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Luis XTravaganza del Vogue de Madonna sobre la comunidad LGBTI y racismo - Entretenimiento - Cultura


“Ser negro y ser hombre en Estados Unidos es un peligro. Ser negro, ser hombre y ser gay es una pesadilla. Y la vas a pasar muy mal”. Así comienza el documental ‘Paris Is Burning’, una crónica cinematográfica dirigida por Jennie Livingston y lanzada en 1990, que cuenta la historia de ‘Las Casas’, los lugares en los que durante el siglo veinte, la comunidad gay latina, negra y transgénero encontró el hogar que nunca los despreció por ser diferentes.

Compuesta de madres, padres e hijos, como en una familia tradicional, Las Casas se fundaron en la clandestinidad a finales del siglo XIX, para acoger a quienes quisieran habitarlas y encontrar en esa nueva congregación refugio y apoyo contra la discriminación y el odio de ese entonces.

Las Casas fueron, a su vez, el núcleo del circuito de The Balls, una cultura de desfiles convertida en emancipación clandestina, en la que la comunidad homosexual de Nueva York dio rienda suelta a su fantasía de ser superestrellas de la música, la moda y el arte.

Fue entre esas Casas donde nació una feroz competencia por ganarse el trofeo que se daba a quien lograra hacer la mejor pose para una portada que en aquel momento era inalcanzable: la revista ‘Vogue’. Sastres, modelos y bailarines empíricos caminaban con determinación y poder por pasarelas imaginarias y, en algún momento del recorrido, se detenían como estatuas, recordando fotografías emblemáticas de la famosa revista.

Ahora no solo es el movimiento Black Lives Matter, sino también el movimiento Black Trans Lives Matter

Con el tiempo, la competencia en su modalidad ‘clásica’ pasó a una etapa ‘moderna’. A raíz de la llegada del hip hop, de la aparición del house de Chicago, del techno de Detroit y con la inspiración de casi un siglo de teatralidad en Broadway, el voguing se volvió un concurso de velocidad, en el que la mayor cantidad de poses en el menor tiempo posible con la mejor técnica se llevaba el trofeo a La Casa que representaba el artista en tarima.

El ganador indiscutible de esas competencias durante varios años era un joven de LaGuardia, hijo de padres puertorriqueños y fanático de la diva Iris Chacón, llamado Luis Camacho. Él y el dominicano José Martínez se convirtieron en imbatibles contendores del voguing, y ganadores rotundos de la gran competencia clandestina para la casa XTravaganza, que peleaba contra gigantes del género como Willi Ninja y Pepper LaPaige.

Fueron Camacho y Martínez quienes llamaron la atención de Madonna en 1989, quien asistió a un certamen de voguing en el que, impresionada por la velocidad de los movimientos y su profunda conexión con la moda, contrató a los jóvenes latinos para coreografiar el que sería su siguiente canción, la sucesora a la controversial ‘Like a Prayer’.

Treinta años después, Luis Camacho, más conocido como Luis Xtravaganza —apodo salido de su afiliación a una de las emblemáticas Casas— está en Los Ángeles, en la casa de un amigo. Justo cuando contesta la llamada para hacer esta entrevista, la policía acaba de estrangular a George Floyd en Minneapolis y una niña de 17 años graba el episodio.

En el video se registra, además de la inclemente brutalidad policial endémica de un sistema fallido, un ruego trágico que se ha convertido en eslogan: ‘No puedo respirar’. El planeta está, además, en cuarentena por una pandemia; y es partícipe de un gran paso de la comunidad LGBTIQ+ hacia la igualdad. Nada de lo que está pasando es ajeno a la experiencia del coreógrafo.

Testigo y sobreviviente del impacto de la epidemia del sida, y consciente del camino que aún queda por recorrer, Luis Xtravaganza, el hombre que convirtió la canción de Madonna en un éxito en treinta países y en la canción más vendida de 1990, cuenta la historia de cómo Vogue se volvió un hit, sin importar el sexo, el color de piel, la religión ni la clase social.

Los bailarines fueron parte de la icónica gira de Madonna conocida como ‘Blonde Ambition Tour’ (‘Ambición rubia’). Luis hizo famoso a un grupo de bailarines en una coreografía definitiva en el mundo del baile contemporáneo, compuesta de tres escuelas: el voguing, el hip hop de Nueva York y la escuela de Broadway. El documental Truth or Dare, que registró la experiencia de esa gira en una realización cinematográfica a comienzos de los años noventa, convirtió al séquito de Madonna, dirigido por este neoyorquino, en superestrellas mundiales más allá de sus sueños.

Cuénteme de su experiencia como bailarín clásico, Luis.

Siempre he estado bailando, ¿sabe? Cuando era niño, solía bailar frente a la televisión. Me encantaba una artista llamada Iris Chacón. No sé si sabe quién es ella, pero es, o era, una bailarina puertorriqueña que bailaba en tanga y con plumas, eso me parecía muy atractivo. Así que mi madre me puso en una clase de baile para quitarme de en frente del televisor (risas), y así floreció mi carrera de baile. A partir de ahí me formé en ballet, danza moderna, jazz, flamenco y pop.

¡Sabemos que las vidas trans negras importan! Y sabemos que ninguna vida importa si las vidas negras no importan

¿Cuál era la energía en los ochenta, comparado a lo que es ahora? ¿Qué puede decirme de esos inicios como bailarín, eso que es y lo que transmite?

Realmente no éramos conscientes de lo que estaba pasando con la comunidad LGBTQIA+, era una época más inocente. Nos encantaba salir con nuestros amigos, estar a la moda y expresarnos, ser feroces. Cuando llegó la gira, no solo intervinimos José y yo, sino también Carlton, Oliver, Gabriel y Slam. Todos entramos en esos roles sin darnos cuenta de que luchábamos por la libertad. No éramos más que ejemplos de la posibilidad de lo que otras personas podían hacer con sus vidas y cómo salir y expresarse, no solo para otras personas, sino también para sus familias.

Ninguno de nosotros tomó, sin embargo, ese papel a la ligera. Sé que de hecho no entramos a la escena como activistas, ni ingresamos a esta lucha usando ese término. No entramos con arrogancia a este movimiento, sino con humildad, porque no pretendíamos ser activistas. La comunidad LGBTQIA+ ha estado luchando por sus derechos y por ser vista y amada desde el principio de los tiempos. Es lamentable que tengamos que seguir reafirmándonos, reafirmando nuestro poder, nuestra belleza y nuestra fuerza. Y ¡diablos! Ahora no solo es el movimiento Black Lives Matter sino también el movimiento Black Trans Lives Matter. Casi que no, ¡por Dios!

¿Hubo algún momento, Luis, en el que, como hombre latino, tuvo que enfrentarse a otros hombres por ser quien es, o por cómo se comportaba, o por cómo bailaba?

No tanto, fui lo suficientemente afortunado de ir a una escuela primaria multirracial, y, ya sabe, los niños son niños. Obviamente, me elegían para estar en los equipos de las chicas.

¿Cómo se volvió bailarín de Madonna?

Nosotros, José y yo, enviamos un video de nuestro grupo de amigos, enviamos un videocasete de nosotros haciendo voguing, y luego no pensamos mucho en ello. Después nos enteramos de que ella estaba interesada en reunirse con nosotros y en ver qué teníamos, así, en persona. En realidad no le dimos como mucha mente, comenzando porque en ese momento estábamos haciendo conciertos en clubes.

Así se veía la ‘reina del pop’ hace tres décadas, cuando lanzó el ‘hit’.

Cuando llegó el video y comenzó a causar esta tormenta comercial, cuando empezó a tomarse el mundo, ¿cómo se sintieron ustedes?

Bueno, al principio no sentimos mucho porque estábamos literalmente en una burbuja. Así que, incluso cuando salió y se estrenó el video, estábamos en los ensayos, allí no había ni un televisor para que viéramos el estreno del video. Y literalmente estábamos en los estudios de Disney, en el lote, y vimos el video y pensamos: ‘¡Oh, se ve tan bien! Bla, bla, bla’, y luego volvíamos a los ensayos. Entonces, cualquier fanfarria que sucedió después de eso, honestamente, no sabíamos lo que era. No sabíamos que era fabuloso, no sabíamos que estaba ardiendo de esa manera, porque simplemente regresamos al trabajo y volvíamos a esa pequeña barrera protectora de la gira.

Ahora todo el mundo dice ‘¡coronavirus!’ Y los gays decimos: ‘Oh, por favor, ¡sida, ¿hola?!

Como parte de una comunidad golpeada por una epidemia tan mortal como el sida en los 80, ¿cómo ve que las personas de todos los colores, razas y sexos vivan esta nueva pandemia después de haber estado allí en el apogeo del sida?

Me río porque esa era nuestra pandemia en ese entonces (risas). ¡Nos estábamos muriendo! Estábamos muriendo en grandes números y, como hoy, era una gripe, una gripe gay. Ahora todo el mundo dice ‘¡coronavirus!’ Y los gays decimos como: ‘Oh, por favor, ¡sida, ¿hola?!’ (risas). Y por eso hemos estado gritando y alzando la voz y aumentando la visibilidad por años, ¡durante años! Y lo que es irónico es que están compitiendo por una cura contra el coronavirus mientras que deberían, o desearía que estuvieran corriendo por una cura contra el VIH, como lo han hecho para el coronavirus, honestamente. No los estoy comparando, creo que son igualmente importantes. Pero nosotros, la comunidad gay, hemos estado lidiando, literalmente, con niveles pandémicos de muerte durante mucho, mucho tiempo.

Hemos estado alzando nuestras voces, gritando y chillando; por ejemplo, ACT UP (AIDS Coalition to Unleash Power) es un excelente ejemplo de todos esos maravillosos seres gritando y lanzándose a las calles. Y sabes que había disturbios porque nos estábamos muriendo en grandes cantidades, y no solo personas caucásicas, sino gente de color. Tú sabes, personas trans y, de nuevo, nos encontramos en este momento elevando nuestras voces. Disturbios por las vidas negras, ¡ya sabemos que importan! ¡Sabemos que las vidas trans negras importan! Y sabemos que ninguna vida importa si las vidas negras no importan. Así que, me alegro de que todo esto se esté haciendo realidad, porque ya sabes que desde hace mucho tiempo estaba cayendo en oídos sordos.

¿Alguna vez vislumbró un mundo en el que dejemos de llamarnos minorías los unos a los otros? Porque creo que todo el asunto de las minorías es tan obsoleto…

Bueno, realmente lo espero, espero que así sea. Pero, escucha, tuvimos la esclavitud durante 400 años ¿verdad? Entonces no va a cambiar de la noche a la mañana. Realmente espero que cambie. Deseo que lo haga más temprano que tarde, pero, ya sabes, muchas de estas mentalidades están tan arraigadas en las personas, en las familias y en las tradiciones, que es difícil romper esa conciencia. Así que, si me preguntas: ‘¿Tienes esperanzas para el futuro?’ ¡Absolutamente! Quiero decir, ¿desearía que sucediera más rápido? Absolutamente.

ALEJANDRO MARÍN
Experto musical, ‘podcaster’ y autor del libro ‘Historia secreta de la música’ (2019).
En Twitter e Instagram: @THEMUSICPIMP

Escuche el el pódcast de esta entrevista en la web de La X: www.laxmasmusica.com.
Y vea el programa de televisión de Alejandro Marín, ‘#ElPodcast’, todos los lunes, a las 10 de la noche, por el Canal Trece.

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