Necesitas una estrategia de vida porque las cosas extraordinarias no ocurren por accidente

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Para lograr la vida que quieres, una que realmente te haga sentir satisfecho, necesitas hacer de esto tu prioridad por encima de cualquier otra cosa. Si quieres una vida de éxito, una vida llena de felicidad espiritual compartida con tu pareja, necesitas visualizarla. Esa vida que visualices tendrá entonces las piezas necesarias del rompecabezas. Pero no te confundas, esas piezas no son tu vida en sí misma. Tu eres mucho más que esas piezas. La vida no se trata sólo de tu trabajo, o de tu matrimonio, o de tus hijos o de la gente en ella. No te limites. Visualiza y planea quién quieres ser y cómo quieres que sea tu vida.

1. Prioriza la vida que quieres

Esto no se trata de poner tu rol como esposa primero, ni siquiera tu rol como madre. Ni siquiera tiene que ver con poner a tu familia primero. Se trata de ponerte a ti primero y de entender lo que necesitas. Al ser un todo disfrutarás a los demás y disfrutarás las situaciones como complemento de la vida que hiciste prioridad, y no como un arreglo para completarte

2. Reconoce lo que necesitas evitar

Identifica y evita las situaciones que no son buenas, pero que terminan siendo recurrentes. ¿Te preocupa tu salud? Arréglala, haz lo que tengas que hacer para sentirte mejor contigo misma o haz algo para sanar. ¿Constantemente te encuentras a ti misma atorada en el tráfico y llegando a casa enojada y frustrada? Cámbialo. Múdate más cerca del trabajo. No puedes ser una buena pareja, padre o ser humano si estás enojada o triste.

Y, como todo lo que hago, me comprometo con esto. Tienes que tomar la decisión de obsesionarte con tener la vida que quieres. Tienes que hacerte cargo de tu vida. Yo trabajo para tener recursos para la vida que quiero. Moldeo mi vida para que pueda ser con mi esposa e hijos. Alineo las piezas para poder tener la vida que quiero y merezco. Me aseguro de tener cosas alrededor de mi que me recuerden y refuercen que tengo mi vida en orden y bajo control. Esa es la vida que quiero.

Ninguna persona extraordinaria empezó de esa manera. Todos se obsesionaron y se negaron a dejar ir lo que querían de la vida. Ignoraron las enseñas de tener cuidado, de conformarse, de encontrar el balance en lugar de obsesionarse. Mira a tu alrededor y verás a hombres y mujeres plagados con depresión, con una falta de propósito, meramente sobreviviendo y con dinero que sólo les alcanza para cubrir sus necesidades básicas, como si estuvieran sentados en un salón de clases esperando que sus maestros los dejen salir de clase. Hay masas de personas apáticas, aburridas, sumiéndose en una falta de sentido, fácilmente distraídas por las malas noticias, por el chisme y por el drama.

Cada domingo por la noche, me siento con mi esposa para revisar nuestros objetivos y revisar cómo queremos que sea nuestra vida. Luego planeamos nuestras actividades para la semana (y yo, claro, hago un calendario diario) para asegurarme de que estamos trabajando por tener esa vida.

Tómate un tiempo para darle reset a tu vida con objetivos enormes que sean consistentes con el potencial oculto que no te has dado la oportunidad de explotar. La gente grandiosa hace cosas grandiosa no porque sena grandiosos, sino porque se rehusan a ser del montón. Independientemente de cuál sea tu historia, hay un potencial de grandeza dentro de ti. El mayor dolor de tu vida no será la pérdida de tus seres queridos, sino la pérdida de tu propio propósito.

Encuentra esa cosa que te obsesiona y conviértela en el propósito de tu vida. Cada persona extraordinaria que conoces fue una persona ordinaria en algún momento pero que se obsesionó a tal punto con un objetivo loquísimo, grandioso y casi imposible, y que se rehusó a dejarlo ir. Ese puedes ser tú. Edison, Ford, Jobs y Disney se rehusaron a conformarse. Se obsesionaron con hacer posible lo imposible. Los “grandiosos” no se tropiezan con la grandeza sino que se rehusan a sólo ir a trabajar cada día. Muchos pensarán que este consejo es ridículo porque nos han enseñado a ser cautos, a no arriesgarnos, a conformarnos y no rompernos, y a encontrar el balance en lugar de obsesionarnos. ¿Por qué fijarnos un objetivo que no vamos a poder alcanzar? Porque fracasar en alcanzar un sueño ridículo es diez veces mejor que vivir una existencia plana.

Estos no son arreglos ni objetivos a corto plazo. Crea una vida que nadie pueda destruir. El potencial está dentro de cada uno de nosotros. Toma la decisión y comprométete. ¡Busca vivir una vida grandiosa!