A pesar de que hay varios proyectos de generación eléctrica con fuentes eólicas andando en el país, ninguno de ellos ha hecho ingreso de forma comercial al sistema y algunos como Alpha y Beta, de la empresa portuguesa EDPR, no han logrado finalizar los trámites previos, como la consulta para la línea de interconexión al sistema interconectado nacional.
Felipe de Gamboa, country manager de la empresa para Colombia, detalló que están trabajando para radicar nuevamente el estudio de impacto ambiental de la línea este semestre y tener el visto bueno de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) antes de finalizar el año. Además dijo que están trabajando con la Creg en hacer modificaciones al esquema de cargo por confiabilidad que remunere mejor a estos proyectos.
¿En qué avanza la construcción y el licenciamiento de la línea de interconexión?
La licencia la estamos trabajando y vamos a radicar el Estudio de Impacto Ambiental a finales de mayo o principios de junio; ya hicimos una presentación preliminar a la Anla y nos fue muy bien. Dentro de las cosas que hicimos es que ampliamos el área de influencia de 15.00 hectáreas a 250.000, lo que hizo que pasáramos de consultar 44 a 97 comunidades, de las cuales solo nos faltan protocolizar 10. Vamos bien y la idea es radicarlo este semestre y tener la licencia antes de final de año.
¿Cómo va la construcción de los parques, que sí tienen licencia?
La subestación de Beta está terminada y la vía de acceso desde Cerrejón al parque ya está construída. Además, todos los canales de agua que se deben hacer ya los hicimos. En Alpha no hemos iniciado la construcción, estamos haciendo topografía y estudios de ingeniería.
Han tenido bloqueos de comunidades, ¿les ha retrasado aún más los planes?
Tuvimos dificultades con una comunidad, que construyó un muro, pero la institucionalidad funcionó muy bien. Con el apoyo de la Gobernación de La Guajira y el Ministerio de Minas y Energía logramos un diálogo y que la misma comunidad lo desmontara. Estos son temas que toman tiempo, pero logramos superar la dificultad.
Con base en estos planes de radicación del Estudio, ¿cuándo esperan que hagan entrada en operación los parques?
Sería durante el primer semestre de 2027, que es nuestro plan para la puesta en marcha.
¿Eso los obligaría a mover la fecha de puesta en operación oficial ante la Upme?
De pronto hay que cambiar el concepto de conexión; pero no lo vemos difícil porque también dependemos de la entrada de Colectora, por lo que no creemos que sea tan complejo.
¿Cómo van con los contratos que ya estaban firmados por la subasta de largo plazo?
Gracias a una resolución del Ministerio de Minas y Energía pudimos renegociar bilateralmente los contratos que se originaron de las subastas. Ya logramos negociar 70% de nuestras ventas de energía y obtuvimos un periodo de entrega cero hasta el primer semestre de 2027. Con el restante 30% hemos tenido bastante progreso, creo que lo podremos negociar.
Esas pérdidas tan grandes que estábamos teniendo porque nos costaba mucho la cobertura las hemos mitigado sustancialmente.
¿Ha sido suficiente lo que se ha hecho para facilitar la entrada de los proyectos o podrían tomarse decisiones adicionales?
La renegociación de los contratos fue fundamental y lo agradecemos mucho. Un tema que vimos durante el fenómeno de El Niño que acabamos de vivir es que nuestra matriz eléctrica es muy binaria: hidráulica o térmica. Lo que hemos propuesto es que el cargo por confiabilidad, que hoy se va mayormente a los térmicos y a las renovables poco, permita que las eólicas, cuando estén en funcionamiento, tengan una mayor participación del cargo por confiabilidad que pagamos los usuarios.
Esto entraría a los parques eólicos por su naturaleza complementaria con el recurso hídrico. Para eso estamos trabajando con la Creg para que se compruebe estadísticamente esta relación y de esa forma la eólica respalde y complemente la matriz y se le remunere mejor su confiabilidad.
A eso le estamos poniendo ahora todo el empuje y tratando de obtener un consenso en la industria.
¿Cuáles son las consecuencias de que no entren en operación los parques?
La demanda va a seguir creciendo, especialmente la de la costa Caribe, por lo que vemos la necesidad de energía constante, porque el mayor consumo es de noche. Pero esa es justo la hora en la que la eólica de La Guajira genera más. Si en esa hora no tenemos esa generación la vamos a tener que reponer probablemente con generación térmica a gas, porque construir nuevas hídricas es cada vez más difícil. Creemos que la energía adicional que se requeriría nos costaría un 12% más, porque las eólicas no la están poniendo, incluso si el gas es doméstico.
Los resultados de EDPR global mostraron una caída en utilidad por los resultados de Colombia. ¿Qué le han dicho desde casa matriz con respecto a las demoras?
Lo que dicen es que tenemos que lograr la licencia, sacar esa mejora en la remuneración y es lo que estamos ejecutando.
¿Y han mirando opciones de venta?
En la industria se pueden buscar compañías para compartir riesgo y es normal. En estos proyectos específicos con un alto riesgo de construcción uno puede buscar alguien que entre en los proyectos y ayude a sobrellevar ese reto. En cualquier proyecto, de cualquier parte del mundo estamos abiertos, no solo en Alpha y Beta.
¿Ya han hecho acercamientos en este sentido con alguna compañía?
Siempre estamos abiertos a conversar.
¿Cómo van los sobrecostos del proyecto?
Esa es buena parte de la necesidad de poner una remuneración adicional por encima de la tarifa de los contratos.
A nosotros nos archivaron la licencia en noviembre de 2022 y esperamos tenerla nuevamente en noviembre de 2024, es decir, dos años con las turbinas guardadas, pagando el espacio para guardarlas; tener vigilancia y esquema para los equipos como la subestación que ya está. Eso genera sobrecostos.
¿En cuánto va la inversión?
Hemos invertido más de US$500 millones y nos falta por ahí un 30%.