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Robert Lewandowski: perfil del ganador del premio The Best, de la Fifa – Fútbol Internacional – Deportes

por Redacción BL
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Robert Lewandowski: perfil del ganador del premio The Best, de la Fifa - Fútbol Internacional - Deportes


Disciplinado y trabajador, Robert Lewandowski tuvo que trabajar mucho para llegar a la cima y para ser hoy el mejor jugador de 2020, de acuerdo con la votación organizada por la Fifa. Pero no siempre fue así. Tras algunas pilatunas en su juventud, el polaco, el ganador del premio The Best, se trazó una meta: triunfar en el fútbol.

No fue fácil al comienzo. Tenía un carácter rebelde y era muy delgado. Lo primero tuvo que domarlo. Para lo segundo, se trazó la meta de entrenar seis horas diarias, para ganar masa muscular. Formado en la escuela del Legia Varsovia, el entrenador que tuvo en ese club, Krzystof Sikorski, le recomendó comer tocino para ganar peso.

Pero había otra fórmula que le gustaba más. Era fanático del dulce y su mamá, Iwona, quien había sido jugadora profesional de voleibol, aplicó otra fórmula: cada vez que marcaba un gol le compraba un pastel.

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Sin embargo, pese a su esfuerzo, el Legia Varsovia lo dejó libre y fue un golpe duro para él. Por esos días mostró su carácter rebelde: una vez le lanzó una mesa a una de sus profesoras porque lo suspendió en un examen. En otra, le lanzó bananos a la policía. Y alguna vez sacó el carro de sus papás, sin permiso y sin tener licencia de conducción, para correr con sus amigos.

El punto de inflexión de su carrera fue en el 2006, a los 18 años. Su padre, Krzysztof Lewandowski, quien también había jugado fútbol, falleció, víctima de un infarto. Comenzó a aplicar una máxima que le enseñó su papá: “Haz ahora lo que puedas hacer después”.

Tuvo que volver a comenzar muy desde abajo, cuando el Legia Varsovia lo dejó libre en 2004. Se fue a jugar a la tercera división polaca, al Znicz Pruszkow. Y en 2008 lo fichó otro de los históricos de su país, el Lech Poznan, a cambio de 350.000 euros. Allá, en dos temporadas, fue campeón de la Copa de Polonia y de la Supercopa y en 2010 fue el máximo goleador de la Liga. Estaba listo para dar el salto a un mercado más grande. O eso creía.

El duro arranque en Dortmund

Del Lech Poznan pasó al Borussia Dortmund, de Alemania, que pagó por él 4,5 millones de euros. Pero el comienzo fue durísimo. Apenas pudo marcar nueve goles en su primera temporada y por su falta de tino para definir, se ganó un apodo que hoy sonaría injusto: ‘Chancentod’ (el mata-ocasiones).

Mientras la hinchada se preguntaba por qué habían pagado tanto dinero por un atacante tan frágil, su técnico en Dortmund, Jürgen Klopp, le tiró munición dura: “Esperaba más juego, más goles y que aguantara mejor el contacto. No está a su nivel”, sentenció. De hecho, en esa primera temporada, Lewandowski ni siquiera era titular fijo: tenía que pelearle el puesto al paraguayo Lucas Barrios.

La frase de Klopp, lejos de bajonearlo, le sirvió de estímulo. En su primer año en el Dortmund, pese a todo, salió campeón. Y repitió título en la temporada 2011/12, en la que ya marcó 22 goles en 34 partidos. Hizo otros 24 en la 2012/13 y fue el goleador de la Bundesliga en la 2013/14, con 20 anotaciones.

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Pero su explosión definitiva llegó en la Liga de Campeones 2012/13, en la que el Borussia Dortmund alcanzó la final y él se reportó con diez anotaciones, cuatro de ellas al Real Madrid, que desde entonces ha soñado con tenerlo en sus filas. Sin embargo, en vez de irse a España, en 2014 cambió de club dentro de la misma Alemania: terminó contrato con el Dortmund y se fue libre al Bayern Múnich.

“El Bayern es uno de los mejores clubes del mundo y está a la par del Madrid y Barcelona. Un cambio de club no sería un avance en mi carrera porque aquí podemos ganar todos los títulos. Además, me siento totalmente cómodo en Múnich”, dijo sobre la relación con su actual club.

Además de su capacidad para anotar, Lewandowski también es un jugador interesado en lo colectivo. “Soy un jugador que a menudo piensa en el equipo. Por supuesto, también quiero hacer goles. Pero cuando veo que puedo crear espacio para mis colegas, entonces lo hago – por ejemplo, si yo tengo a dos rivales conmigo, entonces mis compañeros de equipo pueden tener una mejor posición. ¡Y eso es bueno!”, dijo alguna vez.

A esa capacidad le sacó mucho provecho Josep Guardiola, quien ya llevaba un año en el Bayern cuando llegó Lewandowski. “Con Pep se puede aprender algo nuevo en cada sesión de entrenamiento; soy mejor jugador tras haber trabajado con él”, señaló.

Antes de llegar al Bayern, en 2013, se casó con Anna Stachurska, una karateca profesional, ganadora de dos medallas de bronce y una de plata en los mundiales de este deporte, pero quien además es nutricionista, con la que hoy tiene dos hijos.

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Anna se convirtió en parte fundamental del cuidado y del entrenamiento de Lewandowski, al trazarle una dieta específica que complementa con trabajo en gimnasio, con aparatos montados en su casa, y sesiones de yoga.

La dieta incluso llegaron a copiarla compañeros suyos. “Siempre hay atún para el desayuno, algunas cosas locas y muy específicas», aseguró Thiago Cionek. «Es una forma diferente de prepararse y alimentarse, que fue fundamental para él como deportista. Incluso otros jugadores de la selección siguen su dieta. Al menos cinco».

Las comidas de Robert siempre comienzan por el postre. No toma nada que tenga gluten ni lactosa, y en los días previos a los partidos consume carbohidratos y glucosa. Luego de los juegos, su dieta se basa en vegetales y aguacate. Y, cómo no, lo sigue acompañando la misma fórmula con la que comenzó su carrera: el dulce, específicamente, el chocolate negro.

«Muchas veces no sé lo que me pone en el plato, pero me hace comer cosas que me hacen bien», dijo Lewandowski alguna vez sobre la dieta que le arma su esposa.

El polaco logró romper el dominio que traían desde 2009 el argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo, con la única excepción de 2018, cuando el croata Luka Modric tuvo que llegar a una final del mundo y ganar la Liga de Campeones para poder obtener el trofeo de The Best.

En un año en el que no se entregó el Balón de Oro, en el que Messi se fue en blanco y no ganó ningún título y en el que Cristiano Ronaldo no pudo romper el hechizo europeo de la Juve, Lewandowski lo ganó todo con el Bayern: la Bundesliga, la Copa de Alemania, la Liga de Campeones, la Supercopa de Europa y la Supercopa de Alemania.

Pero a veces ni el rendimiento ni los títulos han permitido que otros grandes jugadores que hayan quedado con el premio al mejor jugador del año. Si alguien lo sufrió, por ejemplo, fue Andrés Iniesta, al que no le alcanzó ni siquiera haciendo el gol que dejó a España como campeón mundial en 2010.

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Un histórico del Bayern, Lothar Matthäus, dio sus argumentos para defender a Lewandowski. «No lo juzgo solo por sus goles, sino por la forma que trabaja por el equipo y cómo ha evolucionado en los últimos años. De momento es el jugador más completo que hay en el planeta», dijo.

«Si Lewandowski no es The Best no le vuelvo a creer nada más a la FIFA. Tiene que ser él, Messi no ganó nada y Cristiano Ronaldo solo fue campeón italiano», agregó, antes de la ceremonia.

A los 32 años, Lewandowski les demostró a todos su valor y mantuvo la promesa que le hizo a su padre cuando murió: ‘No puedo rendirme, voy a demostrar qué clase de jugador soy y lo que se han perdido”.

José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
@josasc

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