Los programas de prevención y las apuestas en este campo están sonando cada vez más desde que s conoció el texto de reforma de la salud, en el que se propone motivar a los ciudadanos a prevenir y promover la salud para no llegar a enfermedades graves que, a fin de cuentas, terminan costándole al sistema una gran cantidad de dinero.
Pero, ¿cuánto cuestan los programas de prevención y cómo está el país en está materia? Las cifras más recientes que se tienen son de 2020 y, según Acemi, gremio del las EPS del contributivo, citando el registro individual de prestación de servicios que reportan las IPS, se invierten más de $1,7 billones en prevención.
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En esa medida, afirman que “se presentaron más de 61 millones de atenciones preventivas para la anticoncepción, la detección temprana o tamizaje, educación para la salud, salud bucal, vacunación y consultas de valoración para detección temprana por medicina general, especializada, enfermería y otros profesionales”.
Así, en el 2020 solo en la realización de pruebas diagnósticas para detención temprana se hicieron 15,2 millones de atenciones entre el régimen contributivo y el subsidiado, con un costo de $0,36 billones.
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En cuanto a la educación para la salud, se atendieron a 11,8 millones de personas, lo que tuvo un valor de $0,75 billones.
Otro de los puntos llamativos en la inversión en prevención en cuanto a los procedimientos de anticoncepción, en los que se incluyen ligadura de trompas, vasectomía e implante subdérmico, se atendieron 494.971 personas. El valor de esos procedimientos rondó los $0,06 billones.
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En el régimen subsidiado se atendieron a 34,5 millones de personas, mientras que en el contributivo la cifra de atenciones fue de 27,9 millones; es decir 6,6 millones de atenciones menos.
En esa medida, el costo total de los procedimientos para el régimen contributivo fue de $0,57 billones y en el subsidiado fue de $1,27 billones.
Haciendo un barrido a nivel nacional, el país tiene buenas cifras en prevención, esto según se observa en un estudio publicado por Fedesarrollo. En la investigación, el centro de estudios económicos revisó los resultados de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ECV) desde 1997 hasta el 2019. A partir de allí encontraron que hay una tendencia de los colombianos a visitar el médico por prevenir enfermedades.
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Así, en 1997 el 49% de las personas en entornos urbanos iba al médico para prevenir, mientras que un 29% de los colombianos en entornos rurales también lo hacía. Ya en el 2019 se observó una asistencia del 74% en entornos urbanos y un 58% en entornos rurales.
En otras palabras, entre 1997 y 2019, la prevención creció del 49% al 74% en zonas urbanas y del 29% al 58% en zonas rurales, con lo que se evidencia el cierre de brechas.
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Un dato a resaltar es que entre 2015 y 2019 esa brecha entre entornos se amplió por la pandemia.
Actualmente, estos programas de promoción y prevención son contratados por las EPS a las IPS, que son las que finalmente ejecutan.
Con la reforma, según analistas, no hay claridad sobre quién va a sumir este tipo de programas.
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Para el consultor en salud Cristián Vanegas, “se pensaría que las gestoras, pero eso depende de quién va a quedar con la función de contratación”.
Por otra parte, para Paul Rodríguez, economista experto en salud, “en teoría los Centro de Atención Primaria (CAP) serían los responsables”.
CLAUDIA M. QUINTERO RUEDA
Periodista de Portafolio
