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Se cumplen 10 años del jonrón de Edgar Rentería para el título de Gigantes – Otros Deportes – Deportes

por Redacción BL
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Se cumplen 10 años del jonrón de Edgar Rentería para el título de Gigantes - Otros Deportes - Deportes


La minivan de color blanco, modelo 2011 y marca Dodge Caravan, acababa de salir del Four Seasons Hotel, de Irving (Texas, Estados Unidos), con la intención de cubrir los 30 minutos que lo separan del estadio de Arlington, cuando Édgar Rentería lanzó su afirmación la tarde del pasado lunes primero de noviembre.

Sentado al lado del conductor, lucía, como siempre, sereno, ataviado con un vestido entero azul y camisa blanca sin corbata y con un pequeño maletín ejecutivo.

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Fredy Aycardi, su compadre cartagenero residente en Nueva York y quien iba al volante del vehículo, lo miró por un instante, miró el reloj que llevaba en el brazo izquierdo, que marcaba la 1:10, y preguntó:

–¿Seguro, compa, tú crees que hoy la vas a botar de jonrón?

–Sí, compa, hoy la voy a enganchar –respondió el barranquillero y paracortos de los Gigantes de San Francisco, equipo que llevaba ventaja de 3-1 sobre los Rangers de Texas y que ese día disputaba el quinto partido de la Serie Mundial de béisbol.

–Dios quiera que ganen, pero para mí que esta serie regresa a San Francisco –le dijo Aycardi.

William Luján y Néstor Mosquera, cartageneros ambos, residentes en la capital del mundo y amigos de Aycardi, escuchaban en silencio la conversación en la parte trasera del vehículo, alquilado por el conductor para que su compadre llegara temprano al estadio y se adelantara una hora, para entrenar, al resto de sus compañeros, que se transportaban en el bus oficial.

–Mi hermano –intervino Luján–, yo creo que usted la va a enganchar en el tercer turno…

–¿Seguro? –preguntó Rentería.

–¿Seguro, William?

–Sí, hermano… –respondió Luján–. Si usted dice que la enganchará, entonces lo hará en su tercer turno al bate. Póngale la firma.

–Entonces, así será –dijo con seguridad el beisbolista, mirando a Aycardi.

–Oiga bien, compa, hoy la voy a enganchar…

¿Estoy o no estoy?

Esa seguridad de sacarla del campo, que la refrendó en el séptimo episodio con dos compañeros en circulación al enviar la pelota entre los jardines izquierdo y central, en su tercer turno al bate, que le valió a su equipo ganar el partido 3-1 y la Serie Mundial, contrastaba con su duda de si estaría o no dentro del grupo de 25 peloteros en la nómina para afrontar la postemporada.

“Al clasificar San Francisco como campeón de la división Oeste de la Liga Nacional (el domingo 3 de octubre, al vencer a Padres de San Diego, el equipo en que milita el también colombiano Ernesto Frieri) estaba nervioso porque no sabía si quedaba o no. Veinticinco eran los elegidos y él no estaba seguro”, contó Aycardi en conversación telefónica con EL TIEMPO.

Las razones para pensarlo fueron las continuas lesiones que lo mandaron tres veces a la lista de incapacitados y que le impidieron disputar 90 de los 162 partidos de la campaña regular, y perder la titular con su suplente, el dominicano Juan Uribe.

“Con este año tan malo, por lesiones estoy pensando en mi retiro”, declaró en varias ocasiones.

“Nadie decía que lo iban a sacar, él mismo estaba nervioso, y solo quedó tranquilo cuando el piloto Bruce Bochy dio a conocer el listado. Allí estaba él, pero por fuera quedaron el lanzador estadounidense Barry Zito y el jardinero dominicano José Guillén”, agregó Aycardi.

Olvidaba Rentería que Bochy siempre quiso tenerlo a él en su equipo, pero en buenas condiciones. Tanto que luego de batear el hit con que los Marlins se coronaron campeones en la Serie Mundial de 1997 sobre los Indios de Cleveland, en Miami, quiso llevarlo a los Padres de San Diego, club que entonces dirigía el estadounidense.

Ya en nómina, el próximo paso era la titular, pero, ¿cómo? Uribe había respondido bien. La postemporada comenzó el jueves 7 de octubre, ante los Bravos de Atlanta, con Rentería en la banca.

Hensley Meulens, instructor de bateo de los Gigantes, había dicho el lunes en la página oficial de MLB que el colombiano por esos días le repetía: “Me van a necesitar”.

Uribe se lesionó y Rentería jugó, pero cuando el dominicano retornó, Édgar fue de nuevo a la banca. Luego, por fallas defensivas, Bochy puso de titular al colombiano y mandó a la tercera base a Uribe. Atlanta quedó atrás y los Gigantes avanzaron a Serie Mundial tras vencer a los favoritos Filis de Filadelfia.

Con dolor y con corazón

Otra vez en Serie Mundial, se sintió confiado y muchos recordaron aquellas imágenes suyas tirando el casco y corriendo como loco a la primera base tras batear el imparable para ganar el ‘Clásico de otoño’ de 1997, con los Marlins, la madrugada del 27 de octubre.

Ya no es el joven de la segunda temporada en las mayores, ‘El niño de Barranquilla’, como lo bautizaron en Miami. Ahora es un adulto con 15 campañas y, aunque el registro de nacimiento figura con 35 años, realmente tiene 34, pues, cuando firmó para Estados Unidos, le pusieron un almanaque de más para asegurarlo de inmediato.

Los Rangers de Texas eran los favoritos, pero la Serie comenzó en San Francisco, porque la Liga Nacional, a la que pertenecen los Gigantes, ganó en julio el Juego de Estrellas y eso da derecho para el inicio.

“Los Rangers tienen un ‘pitcheo’ fuerte, pero quiero ganar esta Serie Mundial”, dijo.

El colombiano expresó que estaba bien de salud, por su intención de jugar, pero pocos sabían esta verdad: a Rentería le duele el brazo derecho -operado el año pasado- cada vez que lanza y tiene una molestia en la ingle derecha (‘seca’ se llama en el Caribe y groin, en inglés). Pero quiso jugar y lo hizo con dolor, pero también con mucho corazón.

A Dios le pide todos los días salud y se ayuda con el entrenamiento diario, llegando una hora antes que sus compañeros al estadio. Sabe que la práctica contribuye y así respondió con un jonrón ganador en el segundo partido, en San Francisco, y con otro el lunes para ganar la Serie Mundial.

El héroe por segunda vez en el ‘Clásico de otoño’ ingresó al camerino y sus compañeros lo bañaron en champaña. Luego, recibió el galardón del más valioso.

Con la humildad de siempre y llorando por primera vez en público, agradeció a Dios en un año tan difícil. Su compadre Aycardi salió a su encuentro. El pelotero lo abrazó y le dijo:

–Te lo dije, compa, que hoy la ibas a enganchar..

Estéwil Quesada Fernández
Redactor de EL TIEMPO
@EstewilQ

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