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Sus lágrimas, como las del resto de la familia, eran la representación de otra tragedia familiar que los doblegó por culpa de la implacable delincuencia de esta ciudad, ya que se cree que el muchacho, de apenas 22 años, fue asesinado por su motocicleta.
Despiadado atraco…
La noche del lunes comenzaron a circular los avisos que anunciaban la búsqueda del joven Andrés en redes sociales. Su familia emprendió la búsqueda, porque el muchacho dejó un último mensaje a sus allegados y dejó de contestar su celular. Nunca llegó a su destino, cosa que levantó múltiples sospechas.
“Mi hermano me envió un mensaje diciendo que ya estaba subiendo hacia Arborizadora Alta, él estaba destinado a pasar la noche en ese sector, pero no llegó. Lo acabamos de identificar, él apareció muy cerca de donde iba a estar”, fue lo que dijo su hermana antes de quebrar en llanto y dirigirse al levantamiento de su ser querido.
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Andrés era un muchacho trabajador, que vivía en Usme y laboraba como conductor en la aplicación ‘Picap’, la cual funciona como cualquier App de transporte, pero es especializada en motocicletas. De hecho, de las cosas que la familia alertó tras emprender su búsqueda es que él iba conduciendo su vehículo de dos ruedas, de placas EOZ 99D.
Al amanecer de ayer toda la familia se encontraba al borde del desespero, pues no había señales del muchacho. Así fue que todos se aproximaron a buscarlo por el sector donde había dicho que estaba transitando antes de desaparecer. Fue un primo suyo el que se topó con la desgarradora escena del joven tendido en el suelo con una herida de bala en la cabeza. De la moto no quedó rastro alguno.
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Hay un detalle estremecedor de este lamentable caso y es que hace cinco días (el pasado viernes) otro joven apareció en una zona aledaña a donde encontraron a Andrés, con un disparo en el tórax y sin su motocicleta. Era un mensajero de la empresa 472 y tenía 32 años.
Su nombre era Húber Mauricio Bernal. Este aspecto despertó varias dudas entre las unidades investigativas, ya que ambos crímenes tienen detalles muy similares, por lo que la lupa ya está puesta en este punto del sur.
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Andrés era un entusiasta de la motocicleta, un joven emprendedor y, según sus allegados, “el mejor en el arte del ‘stunt’”, deporte de acrobacias en motocicleta. Su muerte causó gran impacto entre los suyos y ahora la tarea de las autoridades es brindarles justicia, pues nadie podrá devolverles al ser que ahora solo vive en sus recuerdos.
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