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Ahora, el pequeño de la familia Q refresca su diseño y su tecnología, y no solo mantiene sus aires de «Enfant terrible», sino que abunda en ellos. Así, se dota de un carácter más agresivo, con unas líneas más musculosas, nuevas entradas de aire en el frontal (un guiño al Audi Sport Quattro de 1982 presente también en el A1 o el R8) y una nueva firma lumínica sobre la parrilla, que ahora se sitúa en una posición ligeramente más baja. En la zaga ahora hay nuevas inserciones laterales en el parachoques, han aparecido unas nuevas hendiduras bajo los pilotos traseros y se ha cambiado el difusor. Y el nuevo diseño de los paragolpes afecta, como en el nuevo Q5, a las dimensiones, puesto que crece ligeramente, en 17 milímetros.
Pese a su carácter de modelo de acceso a la oferta de todocaminos, Audi ha decidido dotarle de tecnología propia de sus hermanos mayores. Así, incorpora faros LED de serie, y opcionalmente, Matrix LED de alta intensidad lumínica. Incluye además, de serie, el radar Audi pre sense, que monitoriza lo que sucede delante del vehículo, advirtiéndo de potenciales colisiones y puede llegar a frenar de manera autónoma.
En materia de infoentretenimiento, puede incorporar el completo sistema MMI Navegación Plus, que se maneja mediante un mando giratorio situado en el árbol central, y es capaz, por ejemplo, de reconocer órdenes en lenguaje natural. Y un avanzado sistema de audio Bang & Olufsen Premium, con 14 altavoces y 705 vatios.
En el apartado mecánico, Audi ha trabajado en la eficiencia de los motores, para rebajar su consumo y emisiones. Ningún propulsor incorpora un sistema de microhibridación (mild hybrid), pero sí hay otras soluciones. El 1.0 TFSI de 110CV, por ejemplo, varía los tiempos de cierre de las válvulas, para mejorar la eficiencia en el rango medio de revoluciones. Y el embrague multidisco de la tracción total opcional Quattro es un kilogramo más ligera, mientras que el reparto del par es inteligente, para reducir el consumo. Otras mecánicas ya disponibles son la 35 TDI de 150CV (otras variantes de este motor llegarán en 2021) y la 35 TFSI gasolina (también de 150CV). El año próximo llegará el picante SQ2, con 300CV.
Hemos podido probar un Q2 35 TFSI de 150CV, asociado al cambio opcional S-Tronic de doble embrague de siete velocidades. Se trata de una combinación ganadora por su agilidad y rendimiento, aunque los consumos, superiores a los siete litros a los cien en nuestro recorrido (con mucho desnivel y en una conducción ágil) no han sido contenidos. Por lo demás, dinámicamente se comporta como un A3 algo más alto, con mucho aplomo y un aislamiento acústico bastante bueno. Opcionalmente, para quién busque una conducción muy ágil, está disponible una suspensión deportiva rebajada en 10 milímetros. Se incluye en el denominado paquete Dynamic de equipamiento, que permite incluir también un selector de modos de conducción Audi Drive Select. Por otro lado, el control de estabilización ESC tiene un modo off road integrado, para echar una mano a la hora de afrontar terrenos algo rotos.
En el interior, el espacio es bueno para sus dimensiones contenidas (cuatro adultos pueden viajar con comodidad), mientras que el maletero alcanza los 405 litros. Todo está rematado con calidad, y el colofón es la instrumentación digital opcional Virtual Cockpit, de 12,3 pulgadas.
