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Víctimas encienden la esperanza este 9 de abril – Proceso de Paz – Política

por Redacción BL
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Víctimas encienden la esperanza este 9 de abril - Proceso de Paz - Política


No dejarlas en el olvido. Esa es la consigna con la que llegan este 9 de abril de millones de víctimas en Colombia que ven cómo su situación se ha convertido en un paisaje, pero también que llegan en su día a traerle esperanza al país, en momentos en los que la incertidumbre reina en los hogares colombianos por cuenta del covid-19.

Por ley, cada 9 de abril se conmemoria el Dia Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas. debido a la contigencia que se vive en el país, esta vez no podrán hacer escuchar su voz directamente en el Congreso, pero sí quieren ser escuchadas para reclamar lo que por derecho les corresponde.

En Colombia, al cierre de 2019 se registraron 8.953.040 víctimas del conflicto armado, teniendo en cuenta que solo el año pasado se sumaron 158.508, lo que podría llevar a que antes de terminar 2020, se llegue a 9.000.000. En medio de múltiples dificultades que han tenido que superar, son cientos los casos de personas que hoy son ejemplo de emprendimiento.

Una tradición milenaria impulsó el reinicio de Carmen Alicia Blanco



Carmen Blanco debió cerrar por ahora su negocio en medio del coronavirus

Foto:

Unidad de Víctimas

Carmen Alicia Blanco, nacida en la costa antioqueña, fusiona la moda contemporánea con la cultura étnica de los Cuna Tule que habitan en la subregión de Urabá.

No aparece en revistas ni expone en las grandes vitrinas, pero protagoniza un sueño que la violencia no le arrebató y que está alcanzando a través de su marca de diseño.
Tiene 41 años y es oriunda de San Pablo Tulapas, una vereda de Turbo, en el Urabá antioqueño, una zona que años atrás fue azotada por las autodefensas. Esta comunidad es una de las que vivieron el horror del desplazamiento forzado y el despojo de tierras, entre otros hechos violentos perpetrados por paramilitares.

“La violencia me robó mi infancia, pero nunca mis sueños. Me enseñó a ser más fuerte que ella, más humana. Me enseñó que somos muchos los que hemos vivido lo mismo y que cada emprendimiento que desarrollemos debe ser pensando en cómo ayudarnos entre nosotros”, asegura Carmen.

Ella es una mujer que ha luchado para sobreponerse a su pasado tras recibir duros golpes por la violencia, junto a su familia, y luego de enfrentar el homicidio del padre de una de sus cuatro hijas. Hoy en día trabaja para convertirse en pionera de la cultura ancestral de Urabá, a través del diseño de modas.

Esta turbeña ha tomado los recursos que tiene para crear sus diseños a partir de las expresiones culturales étnicas a las que les da un toque moderno y sofisticado. Ha encontrado en el diseño y en la confección los mejores antídotos para sobreponerse de los recuerdos que le dejó la violencia.Claudia Yoana Torres / Unidad de Víctimas

Nora Vélez, una mujer gigante de corazóm

Nora Vélez

Foto:

Unidad de Víctimas

Con 1,45 metros de estatura, Nora Vélez se destaca como una líder de las víctimas en el Quindío. Esta mujer, tras años de violencia, es hoy la coordinadora de la Mesa Municipal de Víctimas en Armenia.

Recuerda lo feliz que era con sus once hermanos. Una familia de bajos recursos y con ganas de salir adelante. Pero un día tuvieron que desplazarse hacia el Quindío: “Tenía ocho años. Estaba con mi hermano en una vereda de Génova (tierra de Manuel Marulanda), recogiendo leña para la comida. Salieron unas personas del cafetal, pensamos que eran campesinos. Una mujer sacó una lata de frijoles y me la ofreció. Yo, muy contenta y con hambre, respondí que sí y me fui tras ella. Dos días después llegamos a un lugar donde había muchos niños”.

Le entregaron unas botas plásticas talla 40 y un camuflado inmenso. Durante ocho años tuvo que quemar cultivos, robar ganado, disparar un arma y ver cómo violaban a las mujeres.

Luego de volver a la sociedad civil, Nora se encontró con una familia destrozada, sus padres se habían ido por la violencia y su hermano mayor fue asesinado a los 16 años.
Dos veces más vivió el desplazamiento, donde mataron a dos de sus hermanos y a su hermana, que estaba embarazada. Tiempo después, regresó al Quindío con un costal en el hombro, a empezar de cero. Recibió ayuda del Estado, conoció sus derechos como víctima. Al poco tiempo fue secretaria de Asocodear, una organización creada en beneficio de los desplazados y y actualmente es la coordinadora de la Mesae Víctimas de Armenia.

“Envío un mensaje de aliento a las víctimas de la guerra, que no decaigan, que no bajen sus banderas porque hay alguien más que los necesita; las víctimas y los excombatientes de la guerra son personas incluyentes y transformadores para la sociedad. Yo ya perdoné a mis victimarios, si no perdono esto sería un dolor y un veneno para mí; si nuestros corazones están llenos de odio no podemos aportarle a la paz y la reconciliación, perdonar lo sufrido en la guerra nos hará seres más empoderados e incluyentes para el tejido social”, es el mensaje de vida de Nora Vélez.
 Edwin Bartolo /Unidad de Víctimas.

Los muros de San Carlos, una exposición de resiliencia

Juan López

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Unidad de Víctimas

En el pasado este municipio presenció 33 masacres realizadas por las Farc, el Eln y las autodefensas, que causaron 219 víctimas, y sufrió más de 20.000 desplazamientos forzados. Ahora, el artista José López lidera un proyecto de murales para mostrar cómo esta población antioqueña supera los daños del conflicto armado.

Las fachadas grises y deterioradas, que fueron referentes de violencia y miedo, se transforman en figuras coloridas que retratan paisajes naturales, personajes típicos y campesinos.

El arte es protagonista del renacer del municipio antioqueño de San Carlos. Estos lienzos revelan los sitios donde ocurrieron asesinatos, masacres o desapariciones forzadas por parte de los grupos armados durante el conflicto.

Con el proyecto «San Carlos, Memoria de Sueños y Esperanzas», los habitantes y visitantes se suman a las jornadas artísticas que lo están convirtiendo en el pueblo de los murales.

José es un artista plástico de 38 años, director del grupo teatral La Gotera y lidera esta iniciativa que, hasta ahora, tiene 103 murales.

El artista recuerda que, siendo muy joven encontró en el arte una barrera: “Me dio un escudo para sobrevivir al conflicto”.

Tuvo que desplazarse por las amenazas que recibió por el liderazgo entre los jóvenes, y por casi un año vivió en otros municipios, pero a diferencia de varios familiares y habitantes que no quisieron volver por el lastre del pasado, José sí retornó. Ahora asume como misión propia “mostrar la historia de San Carlos desde el arte, para aportar la recuperación que experimentamos a medida que superamos tantos males causados por el conflicto”.

El proyecto artístico «San Carlos, Memoria de Sueños y Esperanzas» refleja la superación de la violencia y la resiliencia de las comunidades. Así es como José López y los sancarlitanos pintan su nueva historia: «no vamos a seguir con el corazón arrugado de odio y tristeza, tenemos historias de violencia, pero no queremos revictimizarnos con ellas, sino que vean nuestras riquezas, que estamos construyendo la paz y volvimos a estar orgullosos».

Juan C. Monroy / Unidad de Víctimas

EL TIEMPO



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