El presidente de Ecuador planea cambiar su domicilio por la incipiente construcción de edificios cerca de su residencia oficial. El mandatario asegura que dejan vulnerable su vivienda. Su casa es "un tiro al blanco", advirtió
"Se está haciendo toda una evaluación de seguridad y, muy probablemente, me tendré que cambiar de casa a un lugar más seguro", declaró Rafael Correa y aseguró que le duele "en el alma" dejar la casa en la que vive hace unos siete años.
Es que el mandatario ecuatoriano explicó, durante su tradicional informe semanal, que cuando hace algunos años se compró su casa en el norte de Quito no había edificios a los alrededores. Sin embargo esa situación cambió en la actualidad ya que proliferaron edificios altos, tipo torres.
Cuando Correa llegó a esa zona le habían indicado que no se podrían construir edificaciones de más de tres pisos. Pero, la administración municipal cambió la ordenanza y "han construido unos monstruos" alrededor de su casa y ahora es un "tiro al blanco", según advirtió el propio presidente.
De todas formas, anticipó que si tiene que modificar su domicilio no trasladará a su familia al palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, porque "eso no es un hogar".
