Redacción BL 
El histórico futbolista brasileño, recién fichado por el modesto equipo ruso Anzhí de Majachkalá, aseguró que quiere comer caviar negro, aprender el idioma en su nueva aventura y jugar hasta los 42 años
"No puedo adivinar el futuro, pero esa es mi intención, espero jugar hasta los 40-42 años", afirmó este lunes a poco cumplir sus 38 años de edad. El campeón del mundo en 2002, reconoce que su destacado disparo con la pierna izquierda es "más débil" que en sus años de esplendor, pero asegura que su velocidad sigue casi intacta.
"Por supuesto, seguiré subiendo al ataque. Aún puedo correr 7-8 kilómetros por partido", anticipó Roberto Carlos, que se encuentra concentrado con sus nuevos compañeros en Turquía, país que lo vio destacarse con la camiseta del Fenerbahce.
Sobre sus razones por volver a Europa, aclaró que "el dinero es un estímulo, pero no el único. Para mí lo importante es participar en un proyecto interesante y ambicioso. El Anzhi es un nuevo desafío del destino", apuntó sin temor a la nueva lengua y las temperaturas extremas a las que deberá adaptarse.
"El clima no me asusta. La temperatura más baja a la que he jugado fueron los 20 grados bajo cero de Kiev. Y en Brasil he participado en partidos con 36 grados de calor", indicó.
Un posible retorno al equipo nacional brasileño lo descartó por completo ya que "la selección necesita jugadores más jóvenes". Y entre sus deleites gastronomitos destaca que le "encanta" el caviar negro que se extrae en el mar Caspio.
"Creo que un futbolista debe ser capaz de expresarse en el idioma que se habla en el equipo y en el país en el que juega. Más aún cuando Rusia tiene una tradición cultural tan rica", concluyó respecto al desafío que deberá afrontar para el uso del nuevo idioma.
