Redacción BL
Sobrevivientes. Las esperanzas de encontrar personas con vida bajo los escombros son cada vez menores. Ayer se produjo el milagroso rescate de un niño de dos años.
En fosas comunes empezaron a ser sepultadas las víctimas. Un millón de personas, sin hogar.
Entre escasos milagros de vida que surgen de los escombros y abundante dolor siguen pasando los días en Haití. El rostro de un niño de dos años, quien guió a los rescatistas con su llanto, fue ayer el símbolo de la esperanza en medio de un panorama apocalíptico.
Había pasado cuatro días sin líquidos ni alimentos. También en una situación extrema fueron halladas 23 personas entre los restos del hotel Montana, donde se cree desaparecieron por lo menos 200 personas.
Pero los momentos de alegría al desenterrar la vida son muy pocos. Sobrevivientes del terremoto del pasado martes señalan con frustración edificios en ruinas donde dicen oír lamentos.
“Nadie nos ayuda. Les pido a los socorristas que vengan, que saquen esos niños, los escucho llorar, pero no vienen, están trabajando en otros lados…”, relató con impotencia un haitiano.
Según el último reporte oficial, entregado por el ministro haitiano de Salud, Alex Larsen, entre 50.000 y 100.000 personas murieron y 250.000 resultaron heridas en el terremoto de 7 grados que asoló Haití el martes pasado.
Autoridades de salud de República Dominicana estiman que en este país han sido atendidas hasta el momento por lo menos cuatro mil personas en centros asistenciales.
Las primeras estimaciones de la Dirección de Protección Civil indicaron, además, que entre 750.000 y un millón de personas quedaron sin vivienda.
Tres fosas comunes reciben a la mayoría de los cuerpos, muchos de los cuales no fueron identificados y han debido ser enterrados por razones de salubridad, según explicó el primer ministro haititano, Jean Max Bellerive. Otros restos humanos siguen tendidos en canchas y vías, por lo que el fétido olor y las enfermedades atormentan a los ya desesperados sobrevivientes.
Hay saqueos permanentes y brotes de violencia entre quienes quieren hacerse a toda costa a cualquier tipo de provisión, pues impera la escasez.
Incluso, las autoridades de Puerto Príncipe debieron intervenir para recuperar la reserva alimentaria de las Naciones Unidas.
Según cálculos preliminares de un centro de investigación de la Unión Europea, más de cuatro mil edificios han resultado destruidos o gravemente dañados por el terremoto.
Asimismo, indicaron que unos dos mil edificios residenciales se hundieron total o parcialmente.
La Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja están dando prioridad a los vuelos con material sanitario y de potabilización de agua ante la congestión del espacio aéreo.
En pocas palabras
«He visto morir a heridos que tenían que ser amputados, entre gritos desgarradores, sin poder hacer nada por no tener ni material ni sangre”. Genevieve Reynold, propietaria de clÍnica privada.
«La magnitud de la devastación es extraordinaria, como creo que todos hemos visto en la televisión, y las pérdidas son desgarradoras». Barack Obama, presidente EE.UU.
