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Por COVID-19 habría más divorcios al cierre de 2020

por Redacción BL
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Por COVID-19 habría más divorcios al cierre de 2020

Es posible que el segundo y tercer trimestres del año (abril a junio y julio a septiembre) no reflejen la realidad de lo que muchos sospechan: una avalancha de rupturas matrimoniales que se materializaría a finales de este año y que no ocurrió antes por el cierre de los despachos judiciales, las restricciones en las notarías y las dificultades económicas. Hablan abogados.

Varios medios de comunicación en Colombia han dado como un hecho que los casos de divorcio se han disparado durante esta pandemia que hace más de cinco meses acosa a la humanidad en el mundo entero. Sin embargo, no existe una medición oficial de lo que muchos sospechan que sucederá: una inesperada avalancha de demandas de divorcio ante los jueces y de solicitudes ante los notarios para poner fin a muchos matrimonios.  

El coronavirus resultó ser una dura prueba para la persistencia del amor en pareja. Los gastos, la disminución de los ingresos, el teletrabajo, lidiar con los niños en casa o el inseguro futuro laboral han desestabilizado emocionalmente a muchos matrimonios.

Por ahora, la Superintendencia de Notariado y Registro no ha divulgado las estadísticas sobre divorcios para los dos primeros trimestres de este año. Teniendo en cuenta las cifras entre 2016 y 2019, el promedio arroja que por cada 10 matrimonios hubo cuatro divorcios. Durante el cuatrienio 2016-2019, según esa entidad, se presentaron 88.118 divorcios en el país, siendo 2018 el de más rupturas matrimoniales (24.057), mientras 2019 presentó el menor índice con 17.734 divorcios. Está por verse si el contexto actual disparará o no esa tendencia.

Curiosamente, es posible que el segundo y tercer trimestres del año (abril a junio y julio a septiembre) no refleje la realidad de lo que ocurre teniendo en cuenta que el acceso a la justicia y a las notarías se ha dificultado por las restricciones de movilidad que el Gobierno ha ordenado.

“No se sabe si se han incrementado los divorcios en época de pandemia. Debe tenerse en cuenta que un divorcio no es de un día para otro, es un proceso de mes a mes, hasta cuando la pareja cree que la copa se rebosó”, comenta el abogado de familia y docente Germán Humberto Rincón Perfetti.

Para ilustrar las tensiones entre algunas parejas, Rincón Perfetti expresa que ha sido testigo de casos en los cuales “todos son buenas personas, buenos abuelos, buenos padres. Digamos que individualmente son gente maravillosa, pero los conflictos empiezan por detalles como el trato a los hijos y hasta por alimentos que la familia debe consumir. Parece estúpido, pero es así”.

Y las dificultades también afectan hasta la tranquilidad de las mujeres para expresarse. Dice el abogado consultado que en algunos casos ni siquiera es fácil implementar las teleconsultas con sus clientes, como le ocurrió con una amiga que quiere divorciarse. “¿Cómo hago una teleconsulta si la familia está alrededor de una mujer angustiada? No podía hablar y tocó buscar el espacio cuando ella estuviera sola para escucharla con calma”.

Añade que lo que está ocurriendo en medio de esta emergencia “es difícil porque en una separación la persona lo primero que piensa es a dónde me voy y qué voy a hacer. En ese sentido, no hay una ola por lo menos de temas legales. A eso súmele que los despachos judiciales han estado cerrados y la gente siente que no tiene posibilidad de acceder al divorcio”.

Paralelo a la estrechez económica de las parejas, el abogado Luis Eduardo Leiva no pierde de vista que el aislamiento obligatorio que durante cinco meses decretó el Gobierno generó más conflictos en el interior de la familia, “pero increíblemente esta exacerbación de conflictos y roces continuos no se han visto reflejados en mayor número de procesos de divorcio en los juzgados”.

“Todos conocemos la suspensión de términos que se dio por más de 120 días en el país, sino también porque de alguna manera se exacerba la solidaridad. Muchas parejas que ya venían con crisis en su relación han entendido que el tema de vidas en riesgo en este momento hace que esas dificultades de pareja pasen a un segundo plano y posterguen la ruptura”.

Coincidiendo con las anteriores apreciaciones Axel Germán Navas, magistrado auxiliar del Consejo Superior de la Judicatura, opina que es posible que después de la pandemia se incrementen las estadísticas de divorcio. “Ahora no creo que el número de divorcios sea muy elevado porque no hay juzgados y no ha habido servicio completo en las notarías. Una cosa es que las personas se estén agarrando en las casas y otra que materialicen los divorcios”.

Navas no descarta que deba haber muchas separaciones de hecho, “pero de ahí a que la gente esté pensando en sacar plata para un divorcio no es fácil en este momento. Además, hay acceso restringido a los juzgados y a las notarías y eso evita que se dispare el número de divorcios”.

 ¿Cuánto vale divorciarse?

Según las tarifas del Colegio Nacional de Abogados (Conalbos), que sirven como punto de referencia pues los abogados no están obligados a acogerse a ellas, en Colombia un abogado podría cobrar por un divorcio diez salarios mínimos legales mensuales vigentes ($8.778.000); si hay mutuo acuerdo tres salarios mínimos legales mensuales vigentes (cerca de $2.700.000), caso en el cual el trámite se adelantará en notaría.

Sin embargo, todo dependerá de la complejidad del caso y de la capacidad económica del cliente, ya que no es lo mismo asesorar a una persona de escasos ingresos frente a otro cliente que perciba ingresos altos. Hay abogados que, aunque no han rebajado sus tarifas de honorarios dan facilidades de pago e, incluso, permiten que el cliente fije él mismo una cuota mensual de acuerdo a su situación económica, para abonar mientras el proceso avanza.

En esa fijación de honorarios también debe tenerse en cuenta el prestigio del abogado, el monto o la cuantía de la pretensión y la voluntad contractual de las partes. En todo caso, deben evitarse los cobros desproporcionados. 

Durante esta emergencia originada por la pandemia algunos litigantes rebajaron el costo de sus consultas. Uno de ellos cobraba $220.000 y durante la pandemia decidió dejar este servicio en $180.000.

Al final, solo cuando termine lo que para muchos ha resultado ser una pesadilla por cuenta del COVID-19, sabremos si el confinamiento obligatorio ahondó las crisis matrimoniales hasta llevarlas al divorcio, o si se trató de una asfixia temporal que logró superarse mediante el diálogo.



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