Tras cinco meses de Aislamiento Preventivo Obligatorio en Colombia, el presidente Iván Duque anunció el pasado 24 de agosto que el país comenzará una nueva fase denominada Distanciamiento Individual Responsable.
El aislamiento obligatorio, que comenzó el 24 de marzo, estuvo caracterizado por restricciones a la movilidad en todo el territorio nacional y por ende mayor trabajo en casa, en el caso de los empleos que pudieran desempeñarse de esta forma, como el sector financiero y bursátil.
Y es que desde que comenzó el aislamiento en el país la Bolsa de Valores de Colombia adaptó su operación para que se pudiera realizar de forma remota, incluido todo lo relacionado con emisiones a distancia para que no se frenara el ritmo que traía la BVC desde el año pasado.
Sin embargo, y ante el impacto de la covid-19 y la incertidumbre que esta generó alrededor del mundo, varias emisiones que estaban presupuestadas para marzo se aplazaron pues el mercado no estaba en las mejores condiciones.
Se debe agregar que antes que se desatara la crisis por la covid-19 en el país, en la Bolsa de Colombia ya se habían adjudicado más de $3 billones en bonos con una demanda cercana los $7 billones.
Pese a esto, a medida que las condiciones del mercado bursátil se “normalizaron”, las emisiones de bonos en el país se reactivaron y fue la de Celsia Colombia (antes Empresa de Energía del Pacífico) el pasado 20 de abril la primera emisión durante el aislamiento obligatorio y la primera emisión 100% “virtual” en la historia del país.
La filial de Celsia colocó $200.000 millones y obtuvo una demanda por sus bonos de $544.251 millones, con una sobredemanda de 3,62 veces y cuyos recursos se utilizaron para pagar el vencimiento de unos bonos que vencían el 21 de abril.
La colocación de esa primera emisión en medio de la pandemia reactivó el mercado local y mostró que, pese a las circunstancias, no se perdió la confianza en el mercado colombiano y reafirmó que los fundamentales de las empresas en Colombia son sólidos.
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Tras la colocación de Celsia Colombia, y hasta este 31 de agosto, se realizaron nueve emisiones de bonos en el mercado principal por $4,71 billones que alcanzaron una demanda de $9,19 billones por parte del mercado.
Entre las colocaciones más destacadas se encuentra la de ISA, que logró adjudicar $300.000 millones en bonos verdes, la de Grupo Sura que fue la más demandada con $1,78 billones, así como la que adjudicó el monto más alto con $1 billón, seguida por la de GEB con $950.000 millones y una demanda de $1,71 billones.
Por su parte, el mercado secundario también observó una reactivación en las colocaciones de bonos con la emisión de $52.000 millones por parte de La Hipotecaria, y la primera emisión de bonos sociales de género de América Latina por parte de Davivienda que recaudó US$100 millones, así como una colocación privada de Scotiabank Colpatria por $224.700 millones.
Para lo que resta del año, se esperan las colocaciones del Grupo Bolívar y la Financiera de Desarrollo Nacional, ambas por hasta $1 billón; la del Banco W, Odinsa, y la misma Bolsa de Valores de Colombia.
Estas emisiones superarían los $2,1 billones en el mercado principal, y la de Odinsa por $280.000 millones en el mercado secundario.
En lo corrido del año en la Bolsa de Valores de Colombia se han colocado $7,9 billones, por parte de 19 compañías, y se ha recibido una demanda por $16,2 billones.
Hay que recordar que en 2019 la Bolsa de Valores de Colombia cerró el segundo mejor año de su historia en cuanto a colocaciones de bonos se refiere. Durante el año pasado se colocaron en el parqué colombiano papeles por $13,7 billones y se recibió una demanda por $26,3 billones de; valores que se esperaba superar este año ante las mejores condiciones macroeconómicas previo al impacto del coronavirus.
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