Para nada es un tabú que con la ola de violencia en Buenaventura, no hay muchas oportunidades para construir un gran futuro, es por eso que ocho jóvenes en una situación devastadora se jugaron su futuro por su pasión.
Se trata de Manuel, Jhonatan, Jhoiner y Mauricio tienen 17 años, William y Hamilton tienen 19, Alexis, el menor de todos ellos, 16. El mayor, Anderson, tiene 20 años. Cada uno de ellos llegó a Cali con en sueño de revivir en su pasión, salvar su vida y mejorar su ‘destino’.
Cada uno de estos jóvenes ha tenido un pasado aterrador por diferentes situaciones en diferentes barrios de Buenaventura, cada uno de ellos huye de su pasado para encontrar un mejor futuro.
Hace algo más de cuatro meses, Luis Eduardo Vargas, un profesor de fútbol que tiene una escuela en el barrio El Vallado, viajó hasta Buenaventura en busca de jugadores. Lea aquí: En el Vallado, un exfutbolista da lecciones para jugar un clásico contra la miseria.
Un mes después empezó a recibir llamadas de los chicos, cada uno diciéndole que se iba porque allá, en Buenaventura, no tenían oportunidades para lo suyo, el fútbol. Lo cierto es que tampoco tenían muchas oportunidades de sobrevivir.
En El Vallado, Eduardo había rentado por un mes un pequeño apartamento para que los chicos vivieran. Consiguió ocho colchones y una nevera algo oxidada. Los colchones fueron puestos en seguidilla sobre el piso de la sala de apartamento y el cuarto trasero se destinó para que guardaran sus maletas.