Redacción BLRezar y mantener con vida a los enfermos es lo que usualmente hacen médicos del hospital San Agustín, en el corregimiento de Merizalde en Buenaventura, cuando trasladan en lanchas ambulancia a pacientes en delicado estado de salud.
En un día deben remitir a Buenaventura hasta tres pacientes porque el San Agustín, uno de los dos centros hospitalarios públicos en el puerto más importante del Pacífico colombiano, es de primer nivel, es decir, solo brinda servicios de urgencias vitales, consultas generales y especializadas, y controles a embarazadas. Igual sucede con el Luis Ablanque de la Plata, en el casco urbano del puerto.
Esa travesía en lancha es primero por el río Naya y luego por mar, y dura alrededor de dos horas y media, tiempo en que los ruegos aumentan, no solo para que la marea esté calmada, sino para no llueva.
El clamor también se centra en que haya camas disponibles en la clínica Santa Sofía del Pacífico, que es privada y apenas cuenta con 15 en la unidad de cuidados intensivos, área decisiva para quienes requieren intervenciones de complejidad. Y cuando no hay camas en la Santa Sofía, la opción es sumarle dos horas y media de camino hacia Cali.
Allí, sin embargo, el Hospital Universitario del Valle hace esfuerzos y los familiares de los pacientes tienen incluso que suministrar los insumos. Allí, en el HUV, hay 400 camas, pero solo 28 son de las unidades de cuidados intensivos; 10 están en urgencias.
Como lo dicen los mismos médicos y usuarios del San Agustín, del Luis Ablanque de la Plata y de la clínica Santa Sofía del Pacífico, Buenaventura vive de milagros, porque no hay un hospital público de niveles II y III.
En Buenaventura, donde se registran 17 homicidios por cada 100.000 habitantes, las irregularidades llevaron al Gobierno a iniciar en el 2013 la liquidación del hospital departamental del puerto, que ofrecía servicios de mediana y alta complejidad.
Esta semana, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, y la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, anunciaron que el hospital se reabrirá dentro de ocho meses, gracias a una inversión de 6.300 millones de pesos que se hará para habilitar 60 camas y servicios de mediana complejidad. Los recursos saldrán de regalías.
“Es apremiante la prestación de los servicios en salud de nivel II en Buenaventura. A la espera de la construcción de dicha área en el hospital departamental, decidimos implementar un plan de contingencia”, dijo Toro.
Mientras tanto, los médicos de los hospitales Luis Ablanque de la Plata, con más de 200.000 consultas al año, y del San Agustín, que atiende al día entre 200 y 300 pacientes, deben seguir haciendo lo posible por tener estables a sus pacientes de gravedad.
La Secretaría de Salud del Valle indicó que es consciente de la situación, teniendo en cuenta que Buenaventura, según el Dane, es el municipio con más necesidades básicas insatisfechas. Según la Secretaría, las enfermedades del sistema circulatorio y los tumores son las principales causantes de muertes en la región.
Fuente: El Tiempo
