9
Un informe de la Cepal advierte que ese será el costo económico entre 2010 y 2100 si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque la región es la segunda que menos contamina del mundo, sus ecosistemas son altamente vulnerables
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó su documento en la XVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 16), que se realiza en Cancún, México. El estudio señala que el calentamiento global será un factor condicionante y determinante en las características y opciones del desarrollo económico latinoamericano en el próximo siglo.
En el peor escenario de emisiones analizado, los países templados de la región sufrirían pérdidas económicas por el equivalente al 1% del producto anual entre 2010 y 2100. El costo sería aún mayor en los países andinos y en América Central. El porcentaje estimado supera lo que los gobiernos gastan en investigación y desarrollo y al presupuesto de la mayoría de los ministerios de medio ambiente.
"El cambio tecnológico espontáneo no va a ser suficiente para reducir las concentraciones globales de gases de efecto invernadero", explicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal. "Se requiere una reforma profunda de los mercados nacionales y globales para que funcionen correctamente desde el punto de vista del cambio climático, es decir, que actúen en favor de una economía menos intensa en carbono, en el marco de un desarrollo sostenible con igualdad e inclusión social".
En otras palabras, el crecimiento se verá reducido sin una mitigación global seria y si no se implementan planes nacionales de adaptación al fenómeno climático. "Esto requiere una sucesión de pactos entre sector público y privado de gran alcance, y los consensos sociales que los hagan viables", apuntó Bárcena.
Pese a que es la segunda región del mundo que menos gases emite, América Latina sufrirá los efectos negativos en su población, sus ecosistemas y sus actividades económicas. El continente es especialmente vulnerable a eventos climáticos extremos, aumentos de la temperatura, modificaciones en los patrones de precipitación, alzas del nivel de mar, sequías, inundaciones y huracanes.
Si no se toman las medidas necesarias, se prevén pérdidas importantes en el sector agrícola, en la biodiversidad y fuertes presiones sobre la infraestructura de la región antes de comenzar el siglo XXII. Esos peligros son atendidos a nivel gubernamental en Cancún, aunque el encuentro no promete acuerdos concretos sobre metas de reducción de emisiones.
