La banda es investigada por matar a 60 personas. Delinquían desde hace 30 años. Dos italianos, vinculados.
La Policía de Perú capturó a seis personas que integraban una “hermandad” sospechosa de matar a más de 60 personas para obtener su grasa y luego venderla a extranjeros que la usaban para fabricar cosméticos.
Según las autoridades, este grupo delinquía desde hace más de 30 años en zonas andinas y amazónicas de cinco departamentos de la región central y surandina de Perú.
“Esta organización formaba una cadena o hermandad que realizaba actividades criminales consideradas como delitos de lesa humanidad”, dijo el general de la Policía Eusebio Félix.
La supuesta venta de la grasa humana generó ciertas dudas entre médicos que pusieron en duda su comercialización en el extranjero.
El decano del Colegio Médico del Perú, Julio Castro, dijo que los cirujanos plásticos extraen grasa de sus pacientes todos los días y no hay nadie que la compre.
Estimó, además, que le parece improbable que alguien pague US$15.000 por un litro de grasa humana que extraída de manera artesanal contiene impurezas que la hacen inútil.
Uno de los detenidos, Hilario Cudeña, de 56 años, en los interrogatorios policiales admitió que cometió varios homicidios desde cuando tenía 20 años.
En respuesta a los cuestionamientos de los médicos, el ministro del Interior, Octavio Salazar, dijo que “los crímenes de esta banda son increíbles, pero son verdad. Lo real es que la Policía con el Ministerio Público han hecho una investigación seria y habría que preguntar por qué en otras partes del mundo la solicitan”, subrayó.
“Lo que han confesado los detenidos es que luego de asesinar a sus víctimas y degollarlas, colgaban sus torsos y muslos de ganchos; después para extraer la grasa encendían unas velas que calentaban la habitación. La grasa caía en recipientes durante tres días y luego era decantada”, relató Félix.
El fiscal que investiga el caso, Jorge Sanz, dijo que “están implicados dos italianos que ya están identificados, pero cuyos nombres no podemos difundir hasta que sean capturados”.
“Los italianos, aparentemente, compraban la grasa a los detenidos para luego comercializarla en laboratorios europeos”, añadió el fiscal sin dar más precisiones.
La primera captura fue a principios de noviembre, cuando se detuvo a una persona en posesión de 17 litros de grasa humana.
