El gobierno mexicano desplegó tropas y policías federales en ese estado fronterizo, asediado por la violencia narco. El detonante fue el hallazgo de fosas comunes con un centenar de cadáveres
El gobernador local Egidio Torre Cantú anunció la llegada de militares y policías federales al estado ubicado en la frontera con los Estados Unidos. El enviado de Calderón, José Francisco Blake Mora, declaró que las fuerzas nacionales no se retirarán del lugar "hasta someter a todos los delincuentes".
El funcionario hizo referencia al descubrimiento de fosas clandestinas en el cementerio de San Fernando. Allí se encontraron más de cien cuerpos no identificadosy continúan las excavaciones con serias sospechas de que la cifra aumente con el correr de los días. De hecho, en un rancho de este poblado, se hallaron los cuerpos de 72 indocumentados centroamericanos que habían sido secuestrados por el cártel de Los Zetas cuando intentaban cruzar hacia los Estados Unidos.
"Hemos iniciado un amplio despliegue militar y de efectivos en la zona, el cual se mantendrá hasta detener a todos los delincuentes involucrados en estos hechos, y restablecer las condiciones de seguridad en la zona, en tanto la policía local tenga la capacidad de hacerse cargo de esta atribución", prometió Blake Mora.
El funcionario reconoció que la situación que vive Tamaulipas "evidencia también la fragilidad institucional local, por un lado, en la incapacidad para actuar oportunamente y enfrentar con eficacia a la delincuencia y, por otro, en el involucramiento de agentes de seguridad local en el crimen".
El gobernador Egidio Torre Cantú llegó a dirigir Tamaulipas casi sin proponérselo. Se trata de un hombre del PRI que decidió postularse apenas una semana antes de los comicios, cuando en junio pasado el postulante original, su hermano Rodolfo, fue asesinado.
