El uso intensivo de los móviles obliga a cargar sus baterías (como mínimo) una vez al día, motivo por el que cada vez más usuarios recurren a la carga rápida. Esta tecnología permite una carga completa en poco más de 20 minutos (cinco minutos para un 30% de capacidad), frente a las casi dos horas que precisa un cargador normal.
Si se trata de que el teléfono se cargue lo antes posible, ¿por qué no la utilizan todos los moviles? Una de las principales razones es que, como ha ocurrido en el pasado con el VHS y el Beta (o incluso los diferentes cables para cargar móviles), no hay una tecnología unificada. Con todo, la más extendida es Qualcomm Quick Charge, ya que el fabricante estadounidense la incluye en sus chips Snapdragon.
Así, no se puede hablar de carga rápida sino de varias tecnologías que consiguen lo mismo aumentando el voltaje, el amperaje o los dos, de forma que la potencia para recargar la batería ‘entra’ mucho más rápido. Mientras que los cargadores y teléfonos corrientes cargan las baterías con un voltaje de 5V y una intensidad de entre 1 y 2 amperios, los de carga rápida tienen una horquilla de entre 5 y 12V y de entre 2 y 4 amperios. Al conectar un cargador rápido a un dispositivo preparado para esta tecnología, ambos se sincronizan y establecen el flujo de energía para una carga óptima. Esta potencia será mayor cuanto más vacía esté la batería del teléfono, por eso recargan mucho más rápido al principio y después el ritmo se reduce ligeramente.
La segunda razón de que no se utilice por defecto la carga rápida es también relevante: hay que tener en cuenta que, cuanto más rápido se carga el teléfono, más se degrada la batería. Esto es así porque las reacciones químicas que se producen en su interior tienen lugar más rápidamente y a más temperatura. En consecuencia, lo recomendable es utilizar la carga rápida solo cuando sea estrictamente necesario.
Cargar más rápido un móvil no es tan sencillo como utilizar un cargador más potente, ya que si el teléfono recibe más energía de la que puede gestionar o no se ‘sincroniza’, existe la posibilidad de que se estropee. Por suerte, los gadgets actuales pueden limitar la energía que les llega del cargador si es excesiva.
Cómo saber si tu móvil es compatible con carga rápida
Para poder utilizar un cargador rápido en el móvil lo primero, y básico, es saber si el teléfono es compatible con esta tecnología. En el caso de los iPhone es muy fácil saber cuáles: todos los modelos equivalentes o posteriores al iPhone 8 y iPhone 8 Plus. Lo que se necesita en este caso es un cable de USB-C a conector Lightning de Apple y un adaptador de corriente USB-C de Apple de 18, 29, 30, 61, 87 o 96 W (está indicado en la parte inferior del aparato). También podemos usar un adaptador de corriente USB-C de otro fabricante que admita la fuente de alimentación USB-PD (‘Power Delivery’). En unos 30 minutos estará cargada hasta el 50% de la batería del iPhone.
La manera más sencilla de saber si un teléfono Android es compatible es revisando las características técnicas del dispositivo y si en el cargador aparece indicado en algún sitio que es de carga rápida. En algunos modelos también se puede ver entrando en ‘Ajustes’ y luego en ‘Acerca de este teléfono’, en ‘Información de la batería‘. Si el smartphone funciona a más de 5V y 1 o 1,5 amperios, es muy probable que admita la carga rápida.
Los mejores cargadores rápidos del mercado
Estos son algunos de los cargadores rápidos más recomendables actualmente:
■ Anker USB-C PowerPort Speed+Duo: Pensado para los iPhone y iPad, aunque también es compatible con marcas como Samsung. Sirve para cargar hasta dos dispositivos de forma simultánea. Utiliza el estándar de carga rápida USB Power Delivery y la tecnología PowerIQ, que identifica el dispositivo y lo carga a los amperios adecuados.
Precio: Desde 30€
■ Aukey Quick Charge 3.0: Recarga los dispositivos compatibles con la tecnología Qualcomm Quick Charge (hasta un 80% en 35 minutos), con una velocidad de carga cuatro veces superior a los cargadores convencionales. De tamaño muy reducido: similar a una tarjeta de crédito. Compatible, entre otros, con Samsung Galaxy S8, Note 8; LG G5; Nexus; HTC; iPhone XS, XS Max, iPhone XR; iPad Pro, Air y Moto G4.
Precio: Desde 13€
■ Joomfeen USB C Cargador de coche: Con Quick Charge 3.0 y capaz de cargar dos dispositivos a la vez. Control de carga i-smart, que asegura que los dispositivos se cargan a una potencia segura. Compatible con OnePlus 5; LG G5, G6, V20, V30; HTC 10; Nokia 8; Samsung Galaxy S10E, S8, S9, S9 Plus, S8 Plus, Note 8; Huawei P20, P10 y Mate10.
Precio: Desde 13€
■ Joomfeen Quick Charge 3.0: Uno de sus cuatro puertos de carga incluye tecnología Qualcomm Quick Charge, con la que los demás puertos también establecen el valor máximo de carga de cada dispositivo. Está diseñado para soportar impactos o caídas. Es compatible con los dispositivos QC3.0 y 2.9 mediante cable USB-C. A saber: Samsung Galaxy S10, S9 Plus, S9, S8 Plus, S8, Note 8; Xiaomi Mix 3, Mix 2S, Max 3, Mi9, Mi8, Mi6, Mi5; Huawei P20, P10, Mate 10, OnePlus 5; LG G5, G6, V20, V30; HTC 10 y Nokia 8.
Precio: Desde 15€
■ Ugreen 18W Cargador USB C Power Delivery 3.0: Carga hasta un 50% más rápido que los cargadores estándar de 5W. Cuando el móvil está cargado se desconecta automáticamente. Es compatible con Macbook; iPad; iPhone 11, 11 Pro, 11 Pro Max, XS Max, XR, X, 8; Xiaomi 9T, 9T Pro, 8, Mix 3; Redmi Note 8, Note 8 Pro, Note 7, Note 7 Pro; Samsung S10, S10+, S9, S9+, s8, s8+, Note 10+, Note 9; Huawei P30, P30 Pro, P20, P20 Pro, Mate 20, MediaPad M5, M6, Honor v20, V10 y la consola Nintendo Switch.
Precio: Desde 23€
