Estos jóvenes, a veces, carecen de afecto en su casa.
Vandalismo, daño en bien ajeno y riñas son los delitos más comunes dentro de los ‘niños bien’.
* Eugenio Ravinet Muñoz, secretario general de la Organización Iberoamericana de Juventud habla sobre la delincuencia juvenil
* El amor, base de los límites (Opinión)
La delincuencia juvenil no es un fenómeno que atañe solo a estratos 1 y 2, como suele pensar la gente y registrarlo los medios de comunicación. Las autoridades asisten, preocupadas, a la existencia de hechos delictivos en los que se ven involucrados adolescentes ‘pudientes’.
Vandalismo, falsificación de identidad, porte de drogas y pandillismo son casos en los que suelen verse involucrados muchachos a los que aparentemente no les falta nada. Pero la realidad es otra.
Manuel López, consultor en el tema de derechos de infancia y adolescencia de la Personería de Medellín, señala que la soledad de los adolescentes los lleva a emplear su tiempo libre en algo.
«Algunos jóvenes cometen infracciones de forma circunstancial para llamar la atención de sus padres -afirma el coronel Pompy A. Pinzón, jefe del área para la protección de infancia y adolescencia de la Policía-. Otros lo hacen por la influencia de amigos o por adrenalina».
López agrega: «No se puede descartar que, a pesar de que tengan facilidades económicas, hay demandas de moda o de lujos o de satisfacción de vicios que los lleva a delinquir, pero detrás de esto nos encontramos con la lejanía de adultos como referentes».
Otros factores
Aún teniéndolo todo, jóvenes en estas circunstancias quieren experimentar con alcohol y drogas, especialmente las sintéticas y la cocaína. No en vano, estas sustancias están presentes en el 90 por ciento de los casos que se conocen de delincuencia juvenil, tanto en los estratos bajos como en los altos.
En el caso de estos últimos se suman, además, factores como baja autoestima, impulsividad, falta de autoridad, búsqueda de experiencias desafiantes y desconocimiento de las normas, según la Policía.
Contrario a lo que sucede con jóvenes de estratos más vulnerables, el hecho de pertenecer a la clase alta se convierte en un factor ‘protector’. «En dos años hemos tenido cuatro jóvenes de estrato alto; estos suelen tener el respaldo de sus familias y para que no reviente el escándalo, se acude a medidas diferentes de la privación de la libertad», reconoce el padre Héctor Aníbal Gil, director del centro educativo El Redentor.
Otros, simplemente, quieren pasar por encima de la autoridad porque tienen dinero, contraviniendo las normas, agrega el coronel Pinzón.
«Vemos también jóvenes influenciados por sus pares, así como adultos permisivos, que no enseñan valores», añade un miembro de la unidad judicial de adolescentes de la Policía de Infancia y Adolescencia de Bogotá.
Pero el psicoanalista Luis Ferando Ordúz va más allá: la constante pelea de los adolescentes con las figuras de autoridad los lleva a ‘violar’ las normas, aún perteneciendo a hogares amorosos.
Adultos los usan
«He conocido niños de 13 y 15 años, de estrato alto, que se involucran a grupos que les ofrecen identidad y liderazgo y los van envolviendo en actividades delictivas -dice la sicóloga infantil y de adolescentes Paula Bernal-. Como vienen de ambientes con poca presencia de los padres, son fácilmente manipulables».
En dos casos -recuerda Paula- conoció que los mismos escoltas de los jóvenes los condujeron a pertenecer a estos grupos. «Los adolescentes no son culpables, son víctimas. Ellos son producto de su familia, de la sociedad, de la ausencia de valores», acota el coronel Pompy Pinzón.
Según la unidad judicial de adolescentes, se está tratando de identificar a los adultos que los utilizan para delinquir. Ya se han detectado algunas de estas organizaciones.
Los delitos que más cometen los adolescentes
* Unas de las mayores infracciones que cometen los jóvenes de estrato alto -aunque también los del bajo-, son el uso de contraseñas falsas para entrar a sitios de rumba, participar en daño en bien ajeno, vandalismo y lesiones personales.
* Un informe de la Policía de Infancia y Adolescencia de Bogotá señala que en lo corrido del año ha conocido 110 casos de adolescentes infractores.
* Los jóvenes que más delinquen tienen entre 16 y 17 años, según la Policía.
* Los delitos que se cometen con mayor frecuencia en el país, sin importar el estrato, son hurto (diversas modalidades), porte, tráfico y fabricación de estupefacientes; fabricación y tráfico de municiones, lesiones personales, daño en bien ajeno, homicidios, violencia intrafamiliar, receptación y violencia contra autoridad.
* Boyacá y Nariño son los departamentos que menos casos registran de delincuencia juvenil. La Policía lo atribuye a que allí existen familias tradicionales donde aún imperan los valores y la religión.
¿A dónde acudir?
Existe una línea de atención nacional gratuita del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar -Icbf-, que funciona 24 horas, para atender a las familias sobre este tema: 018000918080.
