Aunque los niveles de radiactividad en Fukushima son equiparados con los del desastre de Chernóbil (ocurrido hace 25 años) el caso de Japón es muy diferente y aún controlable. Así lo aseguraron varios expertos consultados por este diario.
"En Chernóbil se fundió el núcleo y tuvieron que poner todo un sarcófago para poder sepultar los materiales y aislar un poco el exterior de la radiación", dijo John Lozano, profesional especializado del grupo de asuntos nucleares del Instituto Colombiano de Geología y Minería (Ingeominas).
Lozano explicó que a diferencia de Fukushima, en Chernóbil la situación se salió de control por una serie de errores humanos. "Se operó de manera no segura y, adicionalmente, se intentó ocultar las consecuencias de la explosión nuclear hasta que otro país (Suecia) lo detectó días después", dijo el experto.
Atención oportuna
El 11 de marzo, día del terremoto y del tsunami, las autoridades japonesas alertaron sobre la emergencia en Fukushima al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que empezó a hacerle un seguimiento a la crisis y a ofrecer su ayuda.
También diferentes organizaciones internacionales han estado vigilando los niveles de contaminación nuclear en el agua, las plantas y los animales, para evitar a tiempo enfermedades que pueda contraer la población.
Los análisis hechos por la OIEA revelaron que alimentos como vegetales, frutas y carnes presentan muy poco o ningún nivel de contaminación, por lo tanto la población no debe tomar ninguna medida de precaución especial hasta el momento.
A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) abrió una página de internet donde instruye a los japoneses sobre las medidas que deben tomar durante esta crisis nuclear.
Un portavoz de Tepco (empresa que controla la planta de Fukushima) anunció ayer signos de recuperación en la planta que surte de energía a los seis reactores. Tres de ellos siguen en peligro ya que no han podido ser refrigeradas las barras de uranio.
También el desastre natural por el vertimento de aguas contaminadas al mar podría tener graves consecuencias si países como Estados Unidos no se apresuran a tomar análisis químicos de todos los peces.
"Todos los ingredientes radiactivos que ingresan al mar pueden ser incorporados en la cadena alimenticia creando mutaciones genéticas", aclaró Juan Darío Restrepo, biólogo marino y oceanógrafo.
"La corriente oceánica de Kuroshio que pasa por Japón se une con la corriente de California, afectando la costa oeste de Estados Unidos desde Alaska hasta este estado" dijo Restrepo quien aseguró que si llegara a pasar esta situación "guardando las proporciones", quienes vivan en estas zonas podrían consumir pescado con mercurio.
Mientras tanto, las autoridades japonesas continúan al tanto de la situación sobre el avance o deterioro de las operaciones en Fukushima.
Por su parte, el gobierno japonés anunció el pasado lunes que estableció un plan de evacuación en las áreas de Kutsurao, Namie, Iitate, Kawamata y la ciudad de Minami Souma. Estas áreas están a 20 km de la planta nuclear. Por ahora las comunidades locales siguen esperando el plan de evacuación diseñado por las autoridades japonesas, que se llevaría a cabo a partir de mayo.
