CIENCIA, TECNOLOGIA E INNOVACION CT&I

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Invertir en ciencia, tecnología e innovación (CTI) es fundamental para el desarrollo económico y el progreso social. En la actualidad, la investigación y los avances en el campo de las tecnologías verdes contribuyen al progreso económico y social al tiempo que respetan el medio ambiente y construyen sociedades más ecológicas e inclusivas.

La ciencia, la tecnología y la innovación han cobrando creciente relevancia en los últimos años y se han transformado en un determinante fundamental de las posibilidades para crecer y competir en el mercado mundial. Si bien los países de América Latina y el Caribe han avanzado en materia de inversión en I+D, sus niveles continúan muy por debajo de los de los países de la frontera tecnológica.

La innovación es un elemento central en la estrategia de desarrollo de los países. Esta es definida como un proceso dinámico de interacción que une agentes que trabajan guiados por incentivos de mercado (como las empresas) y otras instituciones (como los centros públicos de investigación y las instituciones académicas) que actúan de acuerdo a estrategias y reglas que responden a otros mecanismos y esquemas de incentivos.

Un aspecto central relacionado con la innovación es la cooperación entre diversos agentes, públicos y privados, por lo que la dimensión sistémica de la innovación es central en las modernas teorías del aprendizaje tecnológico.

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CT&I EN COLOMBIA

Para la sociedad actual, conocida como la era de la información
y del conocimiento, es fundamental el papel de la ciencia y la tecnología en su
evolución y desarrollo. En consecuencia, el conocimiento es reconocido como un
gran desafío a nivel económico, político y cultural, al punto incluso de
calificar a las actuales sociedades, debido a la apropiación que hacen de CT&I,
en desarrolladas y del tercer mundo, las primeras porque logran mayores niveles
de desarrollo y calidad de vida para sus ciudadanos en relación con las segundas,
donde persisten las injusticias y desigualdades económicas, sociales, etc. Por
tal razón, algunos pueblos están iniciando el cambio de sus estructuras de
gobierno, educación, políticas, etc., las cuales se orienten hacia el fomento
del desarrollo de CT&I.

“Cada
sociedad cuenta con sus propios activos de conocimiento, donde es fundamental
conectar las diversas formas de conocimientos que ya se posen con las nuevas
formas de desarrollo, adquisición y difusión del conocimiento, lo cual, se
representa en el modelo de la economía del conocimiento, donde se valoran sus
diversas formas y esto genera a su vez mejores resultados en cuanto a
crecimiento económico, igualdad social, decisiones políticas basadas en hechos
y mayor transparencia y ética que son los elementos claves en las sociedades
basadas en conocimiento”. UNESCO (2016).

Por consiguiente,
en la actualidad, las sociedades desarrolladas y con mejores niveles y calidad
de vida para todos, se construyen a partir de la diversidad de conocimientos y
desarrollos tecnológicos, fruto de una cultura que hace honor a la construcción
de nuevos conocimientos, al fomento de la CT&I desde la niñez en las
escuelas, hasta los niveles más avanzados en las universidades e industrias u organizaciones
que viven y crecen gracias al uso diario, racional e inteligente de los
procesos de CT&I, motivo por el cual
le invierten más del 2% del PIB, que sin lugar a dudas se multiplica en su
riqueza y desarrollo, en el cual se benefician todos y no solamente algunos
como ocurre en la mayoría de nuestros países latinoamericanos.

De este modo, Las sociedades “desarrolladas”, basadas
en la CT&I generan una mayor concientización sobre la importancia de la
ciencia y la tecnología y la innovación como elemento clave para valorar y
optimizar el uso de los bienes, productos y servicios que posee un país
generando ciudadanos con mayores competencias para enfrentar los cambios
actuales y ser más conscientes en sus decisiones que promuevan bienestar social,
respeto por el otro e igualdad, y sin lugar a dudas, construyendo un país que
tiene mayores niveles de productividad e ingreso per cápita, lo cual los
posiciona como líderes en un mundo altamente tecnificado y globalizado.

En este orden de ideas, nuestro país está
despertando y tomando cartas en el asunto. Los principales resultados realizados
por el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología y financiadas por
Colciencias evidencian que la mayor parte de la población colombiana tiene
preferencia por el uso de espacios para la comunicación de la ciencia como
museos, jardines botánicos, bibliotecas, entre otros, lo que ha permitido
avanzar en procesos de apropiación de la ciencia y la tecnología en la vida
cotidiana. Comienzan a tener mayor visibilidad actividades como la lectura, el
uso de las TICs y búsqueda proactiva de datos científico-técnicos sobre
diversos productos y servicios de la vida diaria (como la revisión de manuales
de los electrodomésticos, tendencias en consumo a partir de los recibos
públicos, consulta de información de los medicamentos, entre otros), cambio de
hábitos de consumo o modos de vida para contrarrestar problemas ambientales y
participación en acciones colectivas que buscan generar cambios en la relación
naturaleza-sociedad.

Estos resultados son importantes en la medida
que se diseñen estrategias y tomen medidas por el Gobierno, que permitan una
mayor valoración de la ciencia y la tecnología con su respectiva apropiación,
desde la escuela hasta las universidades, lo cual permite empoderar a la
sociedad colombiana a través del conocimiento, aplicación y toma de decisiones
basadas en evidencias científico-técnicas que tienen efectos en el desarrollo,
el crecimiento económico y en el bienestar de todos los colombianos.

Además,
es importante que todas las Instituciones del Estado, tanto públicas como
privadas, los productores de bienes y servicios y generadores de conocimiento
cada vez incremente los canales de comunicación y difusión que brinden
conocimientos y permitan el acceso a los recursos tecnológicos a los diferentes
grupos de interés, fomentando de manera global el uso y apropiación de
CT&I, lo cual garantiza un ciudadano mejor preparado según las exigencias
actuales, lo cual es clave para lograr una sociedad más desarrollada, inclusiva
e igualitaria en la medida que toma un papel más activo, al hacer partícipe la ciencia, la tecnología y la innovación en
su vida diaria, y en todas las estructuras de manera eficiente.

En
conclusión, en la medida, en que Colombia promueva y fomente el desarrollo en
CT&I y aproveche el conocimiento disponible para construir nuevos conocimiento,
se pueden generar nuevos modelos de desarrollo, donde el gobierno garantice el acceso
de manera masiva al conocimiento y a procesos de CT&I, como “propiedad
pública para todos”, de tal manera que sea accesible, una sociedad más
empoderada del conocimiento científico y tecnológico, lo cual requiere de
mayores inversiones en educación e investigación y desarrollo, la creación de
nuevas políticas y estrategias que se alineen con las demandas y
características propias del desarrollo en CT&I.