A través de una alianza entre el organismo de las Naciones Unidas encargado de proteger los derechos de los niños y una organización internacional, comunidades indígenas de La Guajira recibirán en total 500 bicicletas, para proteger a las y los adolescentes en el camino a la escuela e impulsar su permanencia en ella, y facilitar el transporte de agua.
Las primeras 146 bicicletas se entregaron este 18 de abril de 2024 en la escuela etnoeducativa de la comunidad de Guarerapu III, I.E. Isidro Ibarra, y en el mes de mayo se hará entrega de las siguientes 354 en la escuela de la comunidad de Jasaichon, I.E. La Transformación, para el total de 500.
Cada bicicleta, que será entregada a un hogar, facilita la llegada de estudiantes a la escuela, reduciendo tiempos de transporte, exposición a riesgos y emisiones de gases al medio ambiente. La estrategia busca impactar de forma positiva la vida de adolescentes en estas comunidades evitando peligros que podrían encontrar cuando caminan o usan otros medios de transporte dada la dispersión geográfica de los hogares en la región. Se espera mejorar también la asistencia y permanencia en las escuelas, con compromisos explícitos de las familias para lograrlo.
Así mismo, contar con una bicicleta en el hogar hará más fácil para las familias recoger agua limpia en los sistemas de tratamiento de agua que se hayan construido en la zona y que ahora gestionan las mismas comunidades, conformadas por 3 mil 129 personas, facilitando la gestión y administración del agua desde este enfoque comunitario.
“El derecho a la educación y el agua limpia deben garantizarse para todos los niños, niñas y adolescentes del país. Esta es una solución simple al problema de la asistencia escolar y nos demuestra el poder de las alianzas. Trabajamos para que nadie se quede atrás, sin importar de dónde venga sino a dónde quiera llegar”, comentó la representante del organismo de las Naciones Unidas encargado de proteger los derechos de los niños en Colombia, Tanya Chapuisat.
Estas bicicletas, ensambladas por la organización Internacional, de marca Buffalo, especialmente diseñadas para el contexto rural, se han entregado en muchas partes del mundo para ayudar a la movilidad de familias y contribuir a disminuir la deserción escolar. La organización aliada ha iniciado un proceso de capacitación a personas de las comunidades para el mantenimiento, la identificación de estrategias para el aprovisionamiento de repuestos y buen uso. Además del acceso a agua y educación, estas acciones se suman a la participación de los adolescentes para garantizar la sostenibilidad de los esfuerzos. Esta será además una forma de disfrute y un medio para promover la actividad física y estilos de vida saludables.
“La movilidad de última milla es un factor frecuentemente olvidado en proyectos de desarrollo comunitario, por lo cual estamos felices de aportar este elemento tan importante para los jóvenes y sus familias en alianza con Unicef Colombia, para mejorar el acceso a la educación y agua potable, derechos fundamentales de estas comunidades”, comentó el representante de la organización Internacional en Colombia, Andrew Wright.
