Con el desarrollo de dos proyectos en los próximos meses, Canacol no solo fortalece su posición como el segundo productor de gas natural en el país, sino que además incursiona en el negocio de la generación de energía eléctrica.
(Canacol espera sellar acuerdo en abril para proyecto en Colombia).
Se trata del montaje de la Central Termoeléctrica Tesorito (TermoTesorito) que desarrollará con Celsia en el departamento de Córdoba, así como el tendido del gasoducto desde Jobo hasta la ciudad de Medellín y que realizará con Promigas.
Así, la estrategia de Canacol consiste en diversificar sus mercados y su actividad, pero continuando con la exploración y producción de gas como eje central de su tarea. Y la razón principal para estas dos apuestas es aprovechar al máximo a mediano y largo plazo todo el gas natural que saca desde los campos en su área de operación.
(Canacol y Parex, con cerca del 40% del negocio de gas natural).
En cuanto al proyecto TermoTesorito, planta para la generación de energía eléctrica con una capacidad instalada de 200 megavatios (Mw), se desarrollará a través de la Empresa de Energía del Pacífico (Epsa) y filial de Celsia, estará ubicada en boca de pozo (en los campos de producción) y se estima que entrará en operación a finales del 2021.
“Se trata de un proyecto con ventajas competitivas en cuanto a costos de operación y precios hacia el mercado de contratos y en la bolsa de energía”, señaló Charle Gamba, presidente ejecutivo de Canacol.
La inversión por parte de la gasífera estimada es de US$150 millones, su participación será del 25%, y se calcula que la central térmica consumirá 40 millones de pies cúbicos diarios de gas.
“Con Termotesorito nos acercamos a nuestro objetivo de transformación integral con un portafolio de activos competitivo, flexible y sostenible para responder a la demanda energética de Colombia, que además considera la variabilidad climática que hemos constatado en las últimas décadas”, Marcelo Álvarez, líder de Generación de Celsia.
El otro gran retos de la gasífera, es el montaje del gasoducto que llevará el citado combustible que produce en los campos de Jobo en Córdoba hasta conectarlo con las estaciones de distribución en Medellín.
Este proyecto, en el que también participaría EPM, tiene una inversión trazada entre US$350 millones y US$400 millones, y estaría operando a finales del 2022.
A la obra solo le falta el visto bueno de la junta directiva de Canacol, pero se da por descontado su aval ya que existe una buena relación con Promigas, con el antecedente de otro gasoducto: Jobo – Cartagena.
“Canacol está analizando varias opciones para someterlas a aprobación de la Junta Directiva y escoger la opción que ofrezca las mejores condiciones”, señaló uno de los voceros de la gasífera a Portafolio.
Eric Flesch, presidente de Promigas señaló que se está cerca de firmar un acuerdo para la construcción de la citada infraestructura en un acuerdo que entregaría el gas natural en la estación de Transmetano (filial de Promigas) a las afueras de la capital de Antioquia.
Este diario pudo establecer que, según el contenido del convenio, Promigas, sería el constructor, operador y ejecutor del mantenimiento del nuevo gasoducto en un contrato a 10 años.
Así mismo, la financiación correo por cuenta de Canacol y EPM, en donde la primera tendría el 25% de esa sociedad y niveles similares de inversión.
“Esta línea hará parte de nuestro proyecto de transporte en Colombia y tendrá la capacidad de evacuar desde nuestros campos en Córdoba 100 millones de pies cúbicos diarios (mpcd) de gas natural. Como compañía estamos interesados en el desarrollo de planes que tengan relación con el montaje de líneas de transporte”, resaltó Gamba.
Alfonso López Suárez
