Redacción BL
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En el ataque a la isla Yeonpyeong, en la cual el Ejército tiene un destacamento, murieron dos soldados y otros 13 resultaron heridos. Seúl respondió con 80 rondas de disparos y el despliegue de aviones de combate. Las Fuerzas Armadas se encuentran en "alerta máxima". El vecino Japón llamó a prepararse para "acontecimientos inesperados"
"Una unidad de artillería norcoreana efectuó disparos de provocación a las 14h34 (05H34 GMT) y las tropas surcoreanas replicaron inmediatamente", indicó un portavoz del ministerio de Defensa de Corea del Sur.
Según un habitante de la isla de Yeonpyeong, citado por la televisión, unos 50 proyectiles cayeron en la isla, dañando numerosas viviendas.
"Al menos 10 casas se incendiaron. Se nos ordenó por altavoces que abandonáramos nuestras viviendas", declaró Lee Jong-Sik, otro habitante de la isla situada en el mar Amarillo, una zona que se disputan ambas Coreas y donde ya se registraron otros incidentes en el pasado. La mayoría de los isleños fueron refugiados en bunkers.
Durante el bombardeo fueron heridos 14 militares surcoreanos, cuatro de ellos de gravedad, según confirmó el Ministerio de Defensa.
El aumento de la tensión con este incidente ha llevado al Gobierno de Seúl a considerar la evacuación de sus nacionales de la zona industrial conjunta de Kaesong (Corea del Norte), en lo que parece ser uno de los ataques más graves desde el hundimiento en marzo de la corbeta surcoreana Cheonan, en el que murieron 46 tripulantes.
El presidente surcoreano, Lee Myung Back, convocó una reunión de emergencia con sus secretarios en un búnker subterráneo para discutir una posible respuesta al ataque.
El incidente coincide con la presencia en la región del emisario norteamericano para Corea del Norte, Stephen Bosworth, que el martes viajaba a Pekín para evocar con las autoridades chinas la política nuclear norcoreana.
A su vez, hace cuatro días, un científico norteamericano reveló que había visitado un sitio de enriquecimiento de uranio ultramoderno cuya existencia no se conocía.
En tanto, China expresó su "preocupación" y Rusia advirtió que teme una escalada de violencia. Japón fue mucho más rotundo, y llamó a prepararse para "acontecimientos inesperados".
Por otra parte, el banco central surcoreano dijo que celebraría una reunión de urgencia para evaluar el posible impacto en los mercados.
