En las últimas semanas, el presidente de Ecuador entabló demandas millonarias contra periodistas y diarios. Human Rights Watch le pidió que detenga el hostigamiento
"No estoy bromeando, lean la Constitución: Todos tenemos derecho a la honra, al buen nombre, y no es que se exceptúa el insulto o difamación al presidente de la República por parte de cualquier periodista y editorialista", señaló Rafael Correa.
El 21 de marzo pasado, Correa presentó una denuncia por "injuria calumniosa" en la que pide una indemnización de 80 millones de dólares y tres años de cárcel para tres directivos de El Universo. La acción judicial se produjo en respuesta a una columna en la que el editor de opinión, Emilio Palacio, -también demandado- acusó al presidente de haber ordenado atacar un hospital durante la sublevación policial del 30 de septiembre de 2010.
"En febrero, un editorial afirma, porque eso no es opinión, que yo ordené disparar a discreción, sin previo aviso, en un hospital lleno de civiles. Eso es asesinato y tendrán que demostrar ante las Cortes lo que están diciendo", manifestó Correa.
El jefe de Estado también demandó recientemente a los periodistas Juan Carlos Calderón y Christian Zurita, autores del libro El gran hermano. Esta obra reveló supuestos contratos entre el Estado y Fabricio Correa, hermano mayor del mandatario, por unos 170 millones de dólares.
Ante esto, la organización Human Rights Watch (HRW) le pidió que derogue las disposiciones actuales sobre injurias y que retire la demanda contra el mencionado diario.
"Las acciones del presidente Correa destinadas a iniciar procesos penales contra sus críticos constituyen una ofensiva directa contra la libertad de expresión", declaró José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW.
"Mientras otros países de la región avanzan hacia la despenalización de la difamación en cumplimiento de los estándares internacionales, el Presidente Correa lleva a Ecuador exactamente en la dirección opuesta", añadió Vivanco en un comunicado.
