Luego que Pyongyang desplegara misiles ante las acciones de los Estados Unidos y Corea del Sur, Pekín realizó un llamado entre las seis naciones para evitar una escalada militar en la región
Las negociaciones formales sobre desarme implican a las dos Coreas, China, Estados Unidos, Rusia y Japón.
La confrontación entre Pyongyang y Seúl resurgió después de que Corea del Norte lanzara un ataque contra una isla surcoreana la semana pasada, generando llamamientos de Washington y sus aliados regionales para que China use su influencia sobre la aislada nación comunista.
China expresó su preocupación por los ejercicios militares conjuntos de Corea del Sur y Estados Unidos, que comenzaron como una forma de disuadir a Corea del Norte de cualquier acción hostil.
"La comunidad internacional, en particular los participantes en las negociaciones de los Seis, está profundamente preocupada" por las tensiones en la península coreana, agregó Wu ante la prensa.
Precisó que este anuncio no significa la reanudación de esas difíciles negociaciones, iniciadas en 2003 y de las que Corea del Norte se retiró en abril de 2009.
En los ejercicios militares, que se extenderán por cuatro días, participa el portaaviones nuclear norteamericano USS George Washington. Se trata de una demostración de fuerza que busca, según la Casa Blanca, "reforzar el efecto disuasorio frente a Corea del Norte".
Apenas unas horas después de iniciadas esas maniobras se oyó el ruido de disparos de artillería cerca de la isla sudcoreana de Yeonpyeong, bombardeada el martes por Pyongyang, mientras que sus residentes recibieron la orden de ir a los refugios de defensa. Esa recomendación, no obstante, fue suspendida luego por el ejército surcoreano, que confirmó que las explosiones fueron causadas por disparos de su vecino país.
La prensa surcoreana informó que el régimen comunista movilizó a su frontera misiles antiaéreos SA-2, guiados por radar, que parecen tener como objetivo potencial los aviones de guerra que volarán por la zona en el marco de las maniobras.
Mediante un comunicado, Corea del Norte amenazó con que responderá con "un contraataque militar sin piedad" ante cualquier intrusión en su espacio marítimo. Al conocer la noticia de las maniobras, ya había advertido que "si los Estados Unidos llevan finalmente su portaviones al Mar Occidental (el Mar Amarillo), nadie puede prever las consecuencias".
La tensión latente entre las dos Coreas desde la guerra de comienzos de la década del '50 casi se convierte en un enfrentamiento abierto el martes, luego de que el régimen comunista lanzó un ataque con medio centenar de proyectiles a una isla surcoreana.
Los ejercicios se desarrollan en una región marítima muy sensible, situada entre la península de Corea y China. Sus aguas son celosamente vigiladas por Pekín, que ya se ha declarado "en contra de cualquier acción militar no autorizada dentro de la zona económica exclusiva de China".
Los Estados Unidos, a través de distintos funcionarios, han instado a esa potencia asiática a que presione, en su calidad de aliada, al régimen norcoreano para que cese con sus provocaciones.
