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David Sampietro, barbastrense que trabaja en servicios de tecnología y seguridad en la OTAN

por Redacción BL
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David Sampietro

David Sampietro
RENOVE MARIÑO

El ingeniero David Sampietro Vera, natural de Barbastro, es el único altoaragonés que trabaja desde hace siete años en la sede de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en Bruselas, donde están los representantes de  29 Estados miembros de la Alianza Atlántica. Tal vez sea el único español distinguido en 70 años con la Medalla al Mérito en el Servicio, el reconocimiento más alto que se concede a civiles o militares por el Secretario General de la OTAN que, actualmente, es Jens Stoltenberg.

Hace siete años que trabaja, como personal civil para la Agencia Nato Communications and Informacion Agency en los Servicios de Tecnología de la Información, Comunicaciones y Ciberseguridad en la OTAN. Reside con su familia en La Haya (Países Bajos) a 1.262 km. de casa si partimos desde Barbastro. Antes de entrar en la OTAN trabajó en una Consultora americana “hacíamos modelos matemáticos para calcular previsiones de venta diaria en productos y tiendas en cadenas importantes como El Corte Inglés, empresas americanas, petroleras noruegas y otras similares”.

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David Sampietro
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El modelo fue relevante y surgió la posibilidad de trabajar en la OTAN con una vacante para labores similares en logística tras un complejo proceso de selección que pasó por varias entrevistas de trabajo. La selección fue en septiembre de 2012 “no entré hasta que llegó el informe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) donde vino a decir, más o menos, que soy buena gente, además se informaron de mis padres, hermano y familia. La documentación tardó diez meses hasta agosto de 2013”.

A partir de entonces  “pude manejar información secreta restringida y me incorporé a Servicios de Tecnología de la Información, Comunicaciones y Ciberseguridad, en concreto para rediseñar un proyecto de logística militar con empresas y proveedores externos que participan en licitación pública. El proyecto se adjudicó a una empresa británica y se paralizó por cuestiones de índole política. En la OTAN vieron que mi perfil profesional era más adecuado para el proyecto de reorganización interna con una agencia grande donde somos cerca de 3000 empleados”.

En la misma línea, “en la nueva Agencia nos ocupamos de tecnología, programas informáticos de logística, control aéreo, escudo antimisiles, ciberseguridad y otras. El proyecto pasó por tres gestores, el último de ellos dimitió y en su carta indicó que la persona más capacitada para llevar a cabo el proyecto era David Sampietro”.

De su capacidad de gestión no tuvo dudas, “estaba convencido de que podría llevarlo a cabo y en el año 2016 comencé la nueva etapa y plantee un plan de trabajo para tres años con diversos cambios, durante seis meses me dediqué a relaciones bilaterales con representantes de otros países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Países Bajos, Alemania, Francia y España para convencerles de la viabilidad hasta que llegó al Comité de Inversiones, con un presidente que coordina todo Se trataba de dar el sí o no al enfoque nuevo”.

Recuerda que “se aprobó tras un amplio debate internacional en julio de 2016 con tiempo para trabajar en el proyecto que comencé en el año 2017. Se cambiaron muchas cosas desde el modelo contable financiero hasta como se hacen las compras y se compite en proyectos, entre ellos estaciones de radar en Polonia y prestar servicios de mantenimiento. Se modificaron conceptos de compra y gestión de activos, se contratan Recursos Humanos, empleados eventuales, estrategias de operativa interna entre otras cosas. El proyecto funciona muy bien”.

“Controles muy exigentes”

En la Agencia, “trabajamos 3.000 personas para proporcionar los servicios de tecnología y seguridad desde ordenadores hasta comunicaciones por satélites y controles aéreos, se gestiona un presupuesto anual de mil millones de euros. No se permiten fallos porque es dinero público y en todo caso, hay que justificarlos”.

Respecto al ambiente, “es muy difícil, no te imaginas la liturgia de las reuniones importantes, imponente en todo, simbología, muchas estrellas de mandos, traductores, modos y formas de intervenciones. Todo está muy medido y para gente que llega a un centro privado es duro. Tienes claro que debes dar pasos hacia adelante, se mueve por consenso y debes convencer a todos, sea cual sea el país, poco a poco y cuando crees que ya tienes el visto bueno, estás pendiente de la decisión final”

Hasta ahora no ha visto a ningún aragonés que trabaje en la OTAN, “tal vez haya alguno pero no me he encontrado con nadie. Es verdad que en mi agencia estamos una parte civil, en torno al 65%% y otra militar, el 35% más o menos. En la parte militar hay rotaciones cada tres años y es posible que haya algún español”.

A veces “no se pueden hacer cosas que serían de sentido común, por ejemplo en una conferencia con proveedores tienes que pactar zonas y condiciones. Es muy difícil por temas de seguridad, los controles son exigentes incluso en ordenadores y teléfonos. Por ejemplo, mi mujer no puede venir a verme a la sede, tiene que esperar en el exterior aunque el guardia de seguridad la conozca. Las medidas de control son extremas en el interior”.

Los viajes internacionales son constantes en su trabajo profesional, “en mi semana habitual, dos días en Bruselas y el resto en La Haya, separados 180 kms. de distancia, además de viajes excepcionales a Turquía, Estados Unidos, Italia donde la OTAN tiene un cuartel muy grande, por ejemplo. Hay compañeros que viajan a países más complicados pero yo estoy muy tranquilo y seguro”.

“Nivel alto de los españoles”

“España tiene una posición estratégica muy buena  y disfruta de buena consideración. Dispone recursos y aunque no es, probablemente, el país que más aporte siempre tiene presencia en negociaciones y pactos” explica. Por su trabajo, “he llegado a conocer, por ejemplo, al Jefe de la Fuerza Naval Americana, en Europa y África. Es habitual ver a Jefes de Estado, he visto muchos y un día desde el comedor de trabajo vi por la ventana al rey Felipe VI de España con el Secretario General de la OTAN. Estaban en paseo por el exterior. En el día a día es fácil ver a muchos Jefes de Estado, rodeados de grandes medidas de seguridad”.

Al mismo tiempo destaca “el nivel alto de los militares españoles y la buena consideración general que compartimos los civiles. España aporta gente de mucho valor pero no es el país que más invierte en Defensa. Creo que estamos en torno a sesenta españoles pero en mi equipo de trabajo no hay ninguno entre compañeros de varios países. Se aprende a trabajar rápido y el entorno es bueno”.

Contrastes de vida

En cuanto a la vida familiar, “en La Haya se vive bien porque es una ciudad residencial muy habitable. Se dice que la gente gana dineros en  Róterdam que es ciudad industrial, los gasta en Ámsterdam donde está el turismo y se desarrolla el movimiento y vive en La Haya, muy tranquila, Mis hijas pueden ir al colegio en bicicleta, eso no es habitual”. La sombra del domicilio familiar es muy alargada hasta Barbastro y Madrid, “vamos dos veces al año por Navidad y en verano. Estamos al corriente diario de todo por Internet, móvil y grupos de WhatsApp”.

 

 

 

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