¿Hay que enfadarse por la 'espaldinha' de Cristiano? Los defensores del Atleti sí piensan que fue un gesto de soberbia, casi una humillación hacia un equipo que pierde dos a cero a dos minutos del final.
"Eso no lo haces con cero a cero", le dijo Raúl García. Y sin embargo, no dejó de ser una suerte eficaz, además de espectacular: envió limpio el balón a Xabi Alonso, que a su vez se lo puso en la frente a Sergio Ramos. Por muy poco no fue gol. Posiblemente, el efecto sorpresa de la maniobra, tan extraña, frenó un instante la atención de los jugadores del Atlético. Cristiano se defendió: "A veces hay que ser creativo".
Estoy de acuerdo. Tampoco ha sido el primero en exhibir esta suerte entre nosotros. Lo han hecho antes Ibrahimovic y Ronaldinho, otros dos virgueros. Y resulta, porque la sorpresa despista a los rivales. Claro que el que está cerca puede sentirse en mal lugar, pero eso está en la entraña del fútbol, que Cruyff me definió siempre como "un juego de engaño".
También se enfada el que sufre un caño, o el portero que encaja gol en un penalti a lo Panenka. Alkorta tuvo que sentirse mal con la cola de vaca de Romario. Pero no son acciones para humillar, sino recursos elegantes en un momento dado.
Se puede jugar el balón con todo lo que no sea las manos o los brazos, no sólo con el pie. Quien desarrolla nuevas habilidades debe ser aplaudido. Me figuro que el primero que jugó con la cabeza sorprendió, como el primero que aprendió a bajar el balón con el pecho. Y la bicicleta, ¿es para humillar? No, es para engañar, como exige el fútbol. En esta habitación en que escribo tengo una foto del gol de tacón de Di Stéfano a Saso, en el viejo Zorrilla. Un gol hermoso, que desairó a Saso, pero esa no era su intención, sino marcar un gol como mejor pudo. El fútbol gana con los detalles brillantes y esta 'espaldinha' lo fue.
