Si los adultos comienzan a desesperarse por salir, lo mismo le ocurre a los niños, quienes piden ir a jugar, ver a sus amigos o hacer algo diferente. Sin embargo, salir en este tiempo no es una opción. Por esta razón, es necesario que los padres o quien esté a cargo de los niños se preocupen por su tiempo recreacional, obligándose a desarrollar su creatividad para entretenerlos.
La disponibilidad de tiempo hay que aprovecharla al máximo, por ello los padres deben tener en cuenta el manejo de una rutina que garantice que los niños se sientan estables, indica la neuropsicóloga y psicopedagoga Sara Jouniux.
Además de ser un tiempo de recreación beneficioso para los niños, los adultos pueden liberarse un rato del estrés que produce estar hiperconectados y consumiendo información a cada minuto.
La psicóloga clínica Ana Paula Villacís mantiene que ahora que los padres pasan en casa, es buena oportunidad de compartir más en familia, siempre estructurando los tiempos, porque en muchos casos aún hay que cumplir con responsabilidades y trabajar desde casa.
Los juegos deben estar regidos por la premisa de ser juegos físicos, es decir, aquellos en los que se pueden utilizar elementos que están en la casa.
Aquí viene la parte de ingenio de cada uno. Hacer un juego divertido puede consistir en poseer una lavacara y unas pelotas y hacer que los niños las lancen dentro.
María Consuelo Mendoza, máster en psicopedagogía, sostiene que “los espacios de la casa pueden ser ahora mágicos, que se conviertan cambiando las cosas de su lugar. La sala puede ser un campamento. Vale la pena arriesgarse a ser innovador, a desordenar un poco y hacer de la rutina algo más flexible”.
Desconexión
Es importante que los niños puedan desenvolverse sin la necesidad de aparatos tecnológicos, porque es esencial que un pequeño logre vincularse y comunicarse con su entorno, dice Villacís.
“Un niño que pasa con un iPad puede luego tener dificultad para hablar, observar las reacciones de otros, llevar su atención a actividades simples, pero importantes”, comenta la psicóloga. La tecnología si bien es una herramienta, debe ser regulada por los adultos.
Es importante implementar actividades que desarrollen la psicomotricidad. Esto quiere decir que estimulan el área motriz más la cognitiva (psicológica) de aprendizaje.
Aquí, unas opciones: subir y bajar escaleras contando al mismo tiempo; las escondidas (ayudan a desarrollar el sentido de espacio); hacer música con las ollas; armar historias y que ellos sientan que a su palabra se le da importancia.
Otra de las áreas para trabajar es la motricidad fina, que es la coordinación muscular. A la hora de cocinar puede incluir a los pequeños, tomando todas las medidas de seguridad y solo en actividades que no representen un peligro. Un buen ejemplo podría ser al realizar un puré de papas, separe una porción para que ellos lo trabajen. El movimiento de amasar es de gran ayuda para tonificar los músculos de las manos.
La cocina, aunque algunos no lo crean, es una maravilla para distraer a los chiquitos y a la vez trabajar su desarrollo. Sin duda alguna las actividades domésticas pueden ser un buen acolite para distraer.
Separar la ropa por colores, formas y tipos. Son los cuidadores los que deben activar sus capacidades lúdicas.
Reconocer emociones y habilidades en los niños
La psicóloga y psicopedagoga María Consuelo Mendoza recomienda que mediante un juego de dibujos se pueden reconocer emociones. Hacer esto constituye un ejercicio básico para que los niños estén en sintonía consigo mismos y a partir de eso entenderse, y los adultos podrán comprenderlos mejor.
Sara Joniux, neuropsicóloga, recalca que es importante que los niños realicen actividad física en forma de diversión. Comenta que entre los beneficios, el sistema respiratorio de los chicos comienza a trabajar y autorregularse, lo que ayuda a disminuir niveles de estrés y ansiedad.
Los niños con discapacidad no deben ser tratados de manera diferente, según las especialistas consultadas. Las estrategias a implementar son las mismas que con el resto de niños, pero siempre tomando en cuenta las necesidades particulares de cada caso. “Trabajando con niños de necesidades especiales es necesario ser flexible y sensible ante las diferencias que tienen”, comenta la psicóloga clínica Ana Paula Villacís. “Con ellos la terapia es indispensable”, dice Joniux. (F)
