Redacción BL
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Tras avalar las manifestaciones contra Mubarak, el cuerpo militar pidió "volver a la vida normal". Afirmó que los reclamos ya fueron escuchados, aunque el presidente no presentó su renuncia inmediata
En un llamado a recuperar la estabilidad del país, los voceros militares sugirieron en un comunicado por la TV estatal que "es posible que vivamos una vida normal, es posible para los nietos de los faraones y los constructores de las pirámides superar las dificultades y lograr la seguridad".
Insistieron en la necesidad de poner fin a las manifestaciones y de retomar la calma: "Las Fuerzas Armadas les hacen un llamado (…) Ustedes comenzaron saliendo para expresar sus demandas y ustedes son los únicos capaces de restaurar la vida normal".
Un día antes, en otra alocución por el canal gubernamental, el Ejército había avalado las protestas al considerarlas "legítimas". Esta vez, la fuerza apuntó que las demandas ciudadanas ya fueron escuchadas y que es hora de que los manifestantes regresen a casa.
Mubarak, sin embargo, no accedió al pedido central de la multitud: renunciar de inmediato al cargo que ocupa hace treinta años. El mandatario sólo anunció que ordenó al Parlamento acelerar los comicios previstos para el mes de septiembre y adelantó que no se presentará para un nuevo mandato.
El anuncio generó muestras de alegría en los manifestantes que se congregan en los principales puntos del país pero la mayoría de ellos se mantiene firme en la postura de exigir la salida inmediata de Mubarak.
Durante su discurso, dijo que en los meses que le restan de mandato tomará las medidas necesarias para lograr una "transición pacífica del poder dentro de la Constitución". Agregó que hará lo necesario para mantener la seguridad.
Mubarak utilizó constantemente el recurso de ensalzamiento a los valores patrióticos y señaló que su trabajo y su "obra al servicio de la Patria" fueron cumplidos. "Egipto saldrá de sus circunstancias actuales más fuerte, con más confianza", señaló.
Respecto a las protestas, el presidente las calificó como "actos lamentables" y cuestionó los saqueos y robos que se produjeron. También criticó a los partidos opositores que rechazaron su llamado al diálogo.
