Redacción BL
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No muy anunciado, en un proyecto apresurado para estar más o menos listo en la fecha mundialista, casi invisible en las imágenes en vivo, un joven parapléjico hizo el saque de honor en la inauguración de Brasil 2014.
El proyecto muy tecnológico \»Camina de nuevo”, ha querido estrenarse con un joven que, gracias a un exoesqueleto, ha dado la patada inicial del Mundial Brasil 2014, no para empezar el primer partido, sino en medio de la articulada inauguración. La maquina más que la persona llamó la atención antes del evento. En la inauguración tampoco la maquina alcanzó su fama, casi inobservada entre bailes y balones.
El proyecto tecnológico se adelantó entre las dudas de numerosos críticos y los sueños de los promotores. Los primeros afirman que la demostración ha tenido lo mismo de truco publicitario que de ciencia, y dudan de que demostró un grado real de control mental (lo que se vio tampoco funcionó como truco publicitario).
Para los segundos el play de honor ha sido una demostración pública muy relevante de las investigaciones en interfaces cerebro-máquina, una tecnología cuyo objetivo es ayudar a las personas paralíticas a controlar las máquinas con el pensamiento y devolverles la capacidad de moverse.
Al final parece que se eligió una maquina más que una persona para empezar este mundial de fútbol. La Agencia Estatal de innovación de Brasil dio al director del plan15 millones de dólares para llevar a cabo el proyecto, una cantidad considerable por los estándares de cualquier país. Ya se entiende donde esta el mayor interés.
Tengo un amigo parapléjico. Consiguió caminar con unos tutores adelantándose con maletas. Todavía me contaba que en el lugar de trabajo (una industria textil donde el era técnico de sistemas), prefería moverse con la silla de rueda: más funcional al trabajo (en efecto tenia que sentarse frente a cada computadora) y más rápida para moverse. Hay una sencillez en la vida que, a veces, sirve más que muchos logros del progreso científico.
No soy parapléjico, pero no me gustaría hacer algo físico, come un hecho de deporte, movido para una maquina, a pesar de que el aparato tendría que obedecer a mi cerebro.
El que hace el saque inicial de un evento deportivo que lo haga “deportivamente”, con sus habilidades naturales aún frágiles. No me parece bien desnaturalizar el deporte al fin de favorecer a una persona con discapacidad.
Si me gusta el deporte y para practicarlo tengo que desnaturalizarlo, no conseguiría un gran provecho.
Si a los organizadores les pareció bien elegir una persona con discapacidad para el saque inicial mundialista, habrían tenido que aceptar la fragilidad y la belleza de su gesto físico, deportivo y sencillo. Habrían tenido que hacer un saque de verdad, físicamente y visiblemente, al comienzo real del partido.
La lastima no sirve a nadie. Tampoco a personas que con más baratos y prácticos recursos, también podrían vivir mejor: solo es necesario que las demás personas se relacionen con ellos, más que con sus auxilios ortopédicos.
