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El Gobierno también anunció una intervención, en la que puso al frente al entonces Alto Consejero para las Regiones, David Luna. Y se prometió un préstamo de US$400 millones para todo el Pacífico -Nariño, Cauca, Valle y Chocó.
El padre John Reina, de la Arquidiócesis, es miembro de la mesa de seguimiento a Buenaventura como uno de los organizadores de una marcha realizada en febrero para exigir que el país mirara la ciudad. Fue esa marcha, precisamente, la que hizo que el país y el Gobierno lo mirara.
El prelado analizó ambas intervenciones y aseguró que “no hay proyectos sociales encaminados a mejorar las condiciones de vida de las comunidades”.
¿Cuál es su balance de estas intervenciones?
Tanto militar como social, le ha faltado. Se han hecho catorce mesas, en las que se recogió información. Pero la sensación es que el Gobierno vino aquí a contar qué iba hacer, no ha preguntarle a la gente qué necesitaba. Muchas de las soluciones planteadas, como el aeropuerto, el malecón y el Plan Master, no responden a la problemática social que vive la población. El Plan Master no mira a Buenaventura integralmente.
¿Y en qué ha fallado?
Los militares solo se ven en forma masiva cuando viene el Ministro y hacen recorridos. Y en los social no se ha propuesto nada nuevo, de lo que estaba establecido desde antes. El Plan Maestro no es nuevo y además son planes que no han tenido encuenta el enfoque afro.
¿Una de las promesas es el Plan 24-24, que decidirá que en los próximos 24 meses se tendrá agua todo el día cómo va eso?
Es un compromiso de Findeter, para eso hubo una mesa de trabajo. Pero dejaron el mismo operador, Hidropacífico. El Gobierno entrega los recursos para que los ejecuten, pero mi pregunta es si le entregan a los mismos de siempre, ¿qué va a pasar?
Acá no hay justicia, esa es la razón por la que no pasa nada. Y mientras no haya justicia los de corbata siempre estarán aprovechándose del pueblo.
¿La intervención militar ha disminuido la violencia?
La violencia está calmada externamente, pero internamente nada ha cambiado. Muchos de los jefes de las bandas se han ido otros han sido capturados. Pero los barrios necesitan un aseguramiento para que haya un dominio de las autoridades y no de los grupos. Los patrullajes se ven, como en zonas de la Comuna 12, pero la policía patrulla y luego se va.
En Buenaventura quedan muchos reductos de la violencia, que han hecho metástasis en los niños y se termina viviendo en la ley del más fuerte. Eso es lo que hay que atender y no se hace dando remesas de familias en acción. Lo que necesita Buenaventura es la reconstrucción del tejido social.
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