En julio del año pasado las miradas del país estaban puestas sobre Buenaventura. La situación de seguridad, que se les salió de las manos a las autoridades, hizo que desde el Gobierno Nacional se hiciera una intervención especial. Desde ese entonces se anunció la nueva estrategia para todo el Pacífico colombiano, en la que se nombró a Luis Gilberto Murillo como presidente del programa “Todos somos Pacífico”. El Espectador habló con él sobre la situación actual de la ciudad portuaria, en donde nuevamente su alcalde es retirado del cargo y privado de la libertad por enfrentar acusaciones de corrupción en el sector de la educación. Asimismo, indagamos sobre la evolución y los cambios que ha tenido Buenaventura desde que se creó el plan especial para el Pacífico.
Buenaventura de nuevo está sin alcalde por cuenta de un escándalo de corrupción. ¿Cuáles son las consecuencias de esta situación política?
Buenaventura atraviesa un momento difícil y complejo que contagia todo el litoral Pacífico, dado que esta ciudad es su capital natural. Sin embargo, nosotros desde la presidencia del programa vamos a continuar respaldando los proyectos planteados.
¿Cómo seguirán apoyando a Buenaventura en medio de su crisis institucional?
A través de la estrategia “Todos somos Pacífico” hemos venido construyendo las propuestas para Buenaventura con la comunidad, la sociedad civil, líderes de movimientos sociales y los gremios. La comunicación es con todos los sectores, no solo el político.
¿Es decir, que la continuidad de los proyectos no se va a ver afectada?
Buscamos garantizar la continuidad. En este período se proyecta que se inviertan $5 billones en obras que son importantes para la ciudad.
¿Cómo puede garantizarse el buen desarrollo de esas obras de Buenaventura con un alcalde hoy preso?
Desde el Plan Nacional de Desarrollo se creó un mecanismo para garantizar que los recursos que van a Buenaventura no se vayan a perder ni a ser robados. En primer lugar, se crea el fondo “Todos somos Pacífico”, que es un patrimonio autónomo en el Ministerio de Hacienda y que va a ser administrado por la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos.
Sin embargo, ¿no se dificultan las cosas con una clase política envuelta en procesos judiciales?
Se requiere una alcaldía fuerte. Nosotros lamentamos que se haya presentado esta situación con el alcalde Valencia, pero lo que sí decimos es que Buenaventura tiene que cambiar de rumbo en lo que tiene que ver con su institucionalidad, porque una situación de estas, que es recurrente, reduce la credibilidad y el liderazgo en la ciudad. Con situaciones así vamos a perder a Buenaventura y vamos a perder la oportunidad de generar grandes transformaciones.
De todas maneras, ustedes venían trabajando con el alcalde Valencia, hoy detenido. ¿Cómo funcionó esta relación institucional?
Desde que establecimos la estrategia “Todos somos Pacífico”, hace ocho meses el alcalde y su gabinete estuvieron dispuestos a coordinar con nosotros las siete mesas de trabajo que establecimos en Buenaventura.
¿Hubo limitaciones y dificultades en esa relación?
Obviamente se presentaron los inconvenientes propios de la administración pública del Pacífico por la negligencia institucional que se tiene en la región, como la demora en algunos documentos o no teníamos la habilidad debida. Pero siempre había disposición de la Alcaldía, así que no podemos decir que tuvimos dificultades en relacionarlos.
Ha pasado ya un año de la intervención especial del Gobierno Nacional a Buenaventura, ¿qué evolución ha habido o todo sigue igual?
En Buenaventura ha habido mejoras sustanciales, sobre todo en los indicadores de seguridad. En estos seis meses de intervención especial, el indicador de homicidios disminuyó en un 70%, la ciudad vivió más de un mes en que no se presentaba ningún tipo de muerte violenta, cosa que no se registraba en la última década.
Usted dice que los indicadores han mejorado. Sin embargo, hace menos de un mes, monseñor Héctor Epalza seguía denunciando que se seguían presentando asesinatos y había casas de pique en funcionamiento…
No hay ninguna solución que sea fácil ni rápida, todo requiere tiempo. Hay preocupación por la situación de seguridad de la Comuna 12, eso ya está siendo atendido por las fuerzas de seguridad, pero vale aclarar que nunca al nivel en que existía hace un tiempo.
¿Eso qué quiere decir?
Que lo que hay hoy son preocupaciones de barrios y comunas muy focalizadas, porque lo que sí reconocen la comunidad y el mismo monseñor Epalza es que los indicadores de seguridad han mejorado.
¿Ya tiene información sobre quién va a ser el alcalde encargado de Buenaventura?
El presidente está revisando con el Ministerio del Interior este tema en concreto. Asumo que cuando le notifiquen sobre las decisiones judiciales que se están tomando frente a la situación del alcalde, se dará a conocer quién estará al frente de Buenaventura.
¿Podría llegar a ser usted como se ha insinuado?
De ninguna manera. Lo que nosotros hemos garantizado es continuar con el plan de trabajo que tenemos con Buenaventura. Por eso, mañana vamos a llevar cerca de 30 funcionarios de alto nivel con varios ministros para continuar con el trabajo y vamos a interponer con la oficina del alto comisionado y la oficina del posconflicto una sesión de trabajo sobre las propuestas de Buenaventura de cara a los acuerdos de La Habana.
¿Con los candidatos que hay hoy en el partidor cree que hay posibilidades de un cambio?
Sí, yo creo que hoy entre los candidatos del Pacífico hay gente buena y estoy seguro de que la comunidad ya está lista para el cambio y va a escoger buenos mandatarios.
Después de lo que pasó hace un año en Buenaventura, se dejó de dar relevancia a lo que sigue ocurriendo allí. ¿Esa sensación es equivocada o debería prestarse más atención?
Hay una sensación equivocada de lo que pasa en Buenaventura, no es cierto todo lo que se cree.
¿Qué es lo que se malinterpreta?
En el Pacífico están pasando cosas positivas y hay muy buenas semillas, hay proyectos que se están sacando adelante, no solo en Buenaventura, sino en Tumaco, Quibdó, etc. La opinión pública nacional debe conocer esas semillas de cambio en la región y debe amplificarlas para que el país las conozca, porque lo que a veces sucede es que los ejemplos muy negativos de la región tienen mayor eco que los ejemplos positivos.
¿Es decir, que le parece que no se cuenta todo lo que se debe de la región?
A veces uno siente cierta frustración cuando hacen ciertos juicios de valor y comentarios de la región en general de algunos líderes que no visitan la región, que hace muchos años no van y no saben de los cambios que se han gestado.
Fuente: El Espectador
