Redacción BLEl llamado del Santo Padre (el pasado 7 septiembre) a una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria, en Oriente Medio, y en el mundo entero, ha encontrado muchas y diferentes adhesiones. Por muchos pueblos, afectados por los mismos intereses económicos que mueven la guerra en Siria, el ayuno es una situación constante, no hay que pedirlo, ya lo hacen diariamente.
El llamado al ayuno es todavía importante para todos: por los que tienen comida y pueden renunciar a comer, como por los que no la tienen y non disfrutan de la opción de un ayuno voluntario. Vincular el ayuno con la paz, significa recordar a todos que es necesario tener hambre de paz.
Los poderosos no tienen hambre ni de comida ni de paz. Es que “comen” demasiado, robando a daño de los pobres. Gobiernos y multinacionales caminan en la mano para el despojo de los bienes que, en el solo sector agrícola, podrían alimentar diariamente a 12 billones de seres humanos (2.700 calorías por adulto por día), casi dos veces la población mundial.
Así que resulta económicamente mas exitosa una guerra (que lleva destrucción y reconstrucción, jefeadas por los mismos poderosos) que la paz (que exige crecimiento de todo el pueblo y respeto de los derechos humanos).
Considerando la amenaza de EE.UU. al gobierno sirio, nadie puede creer a motivaciones morales o humanitarias. Sería una intervención militar actuada por el país responsable de la mayoría de los masacres ocurridos después de la segunda guerra mundial en el Sureste Asiático, en America Latina, en Afganistán y en Iraq.
Los pobres tienen mucha hambre de comida pero, a veces, le falta hambre de paz. Siendo el hambre mala consejera, a los pobres les salen los peores aspectos: violencia, venganza y otras injusticias que endurecen más la misma condición, ya dramática, de los pobres. La violencia nunca favorece la paz. Los pobres ayunan casi siempre y tal vez rezan, deseando vivir.
Para vivir, la paz es como el pan, se necesita. Lo saben y lo olvidan los poderosos. Ellos miraban a sus intereses, cuando ya empeoraba la situación siria. Ahora quieren solucionarla matando a más personas, destruyendo aun más, aumentando la violencia.
Que la paz se necesita para vivir lo sepan, sin olvidarlo, los pobres, buscando sin violencia el pan y la paz que necesitan.
