Redacción BL
Por varios meses los hogares de menores ingresos fueron los más golpeados por la inflación. El indicador llegó a ubicarse en 14,9 % para las familias más pobres en noviembre del año pasado, y desde entonces ha venido contrayéndose poco a poco.
Pero ahora llama la atención que son las familias de ingresos altos las que están viendo un mayor aumento en el Índice de Precios del Consumidor (IPC), como mostraron los datos de junio, revelados esta semana por el Dane.
(Con la baja de la inflación, ¿se reducirían las tasas de interés?).
Durante el sexto mes de 2023 el IPC la canasta de bienes que consumen las familias de ingresos altos mostró un aumento de 0,39 %, y en la clase media el incremento fue de 0,3%. Por el contrario, los hogares en condición vulnerable sintieron en junio una inflación de 0,19%, y los pobres, que los precios subieron 0,10 %.
Según la directora del Dane, Piedad Urdinola, lo que se está viendo es “una normalización de lo esperado en estas categorías, donde el IPC mensual más alto por niveles de ingresos es el de ingresos altos, seguido por la clase media, los vulnerables y la pobreza. Y muestra variaciones más parecidas a las de 2019, antes de la pandemia”.
La funcionaria indicó que en meses pasados se veía “una dispersión mucho más alta en los datos, y los más afectados eran los pobres y vulnerables, pero ahora estamos viendo una recomposición”, en la cual se va cerrando esa brecha que creció bastante durante 2021 y 2022, por el impacto de la crisis en las finanzas de las familias.
(Cuánto exporta Colombia a los países más poblados del mundo).
Los hogares pobres y vulnerables fueron los más afectados, especialmente, por el aumento en los alimentos y bebidas, así como en los arriendos y servicios públicos, pues estas divisiones tienen un mayor peso en las cuentas de ese tipo hogares, que destinan una mayor proporción de sus ingresos a atender necesidades básicas.
Por ello, incluso, algunos expertos y académicos califican a la inflación como un “impuesto para los pobres”, por el impacto regresivo que tiene el aumento del IPC sobre las personas con las condiciones económicas más complejas.
IPC
Andrea Moreno. EL TIEMPO
Esa misma tendencia que se vio en junio se refleja tanto en las cifras del acumulado en lo corrido del año, como en la inflación doce meses o anual. Para junio, la variación del IPC para las familias de ingresos altos en relación con un año atrás fue 12,21 %, mientras que para los pobres se ubicó en 11,84 %.
(Galón de gasolina no llegará a $16.000: Minhacienda calcula otro tope).
Urdinola reiteró que esa variación refleja la carga de todos los componentes que mide el IPC anualizado, pues toma en cuenta todo lo sucedido en los últimos 12 meses.
Y si se miran los productos específicos, se destaca entre los de más alta inflación alimentos como la arracacha (69,17 %) y el plátano (35,9 %), pero también el combustible para vehículos, que se ha encarecido 33,98 % en el último año, los seguros para autos (39,6 %), productos como dulces, confites, chocolatinas y chicles (30,2 %) o artículos de papelería (28,51 %).
Según Jeisson Andrés Balaguera, analista financiero y CEO de Values AAA, entre las razones detrás de esa mayor inflación en las familias de mayores ingresos está que los bienes, productos o servicios que consumen los estratos altos normalmente tienden a subir más que los bienes básicos de la canasta familia.
(Desembolsos para vivienda, golpeados en primer trimestre).
“Pero es fundamental destacar que los estratos altos, al tener mayor poder adquisitivo, hacen que la disminución de la demanda sea baja y por ende la inflación es más alta respecto a los productos que consumen estratos de menor poder adquisitivo, los cuales sí restringen la demanda. Por ello las cifras tienden a disminuir”, explicó.
IPC
Roger Urieles
De igual forma, Anwar Rodríguez Chehade, vicepresidente del centro de estudios económicos Anif, destacó que durante 2022 los alimentos fueron el rubro que más contribuyó al alza en el nivel de precios, y que estos son la división que más pesa sobre la canasta de consumo de los hogares pobres.
(La IED de América Latina creció 55 % durante el 2022).
“En contraste a lo que vimos en 2022, en 2023 el protagonismo de los alimentos ha disminuido, y durante los últimos meses incluso ha registrado variaciones mensuales negativas como el –0,5% de junio. A medida que el precio de los alimentos consolide su tendencia bajista esperamos que la presión inflacionaria sobre los hogares de menores ingresos pueda seguir disminuyendo”, dijo Rodríguez.
Pero del otro lado, aseguró, “las subclases de gasto que cuentan con una variación anual por encima del total son las que afectan más a los hogares de mayores ingresos”.
Entre estas, mencionó al transporte, especialmente por categorías como los vehículos nuevos o usados (con un IPC anual de 21 %), y el combustible para vehículos; o también en el transporte de pasajeros y equipaje en avión, bienes y servicios que consumen mayoritariamente los hogares de mayores ingresos.
(Gasolina impacta duro en inflación, que bajó en junio a 12,13 % anual).
Rodríguez también destacó que otra división que estaría presionando es la de educación, particularmente la privada, por el efecto indexación.
LAURA LUCÍA BECERRA ELEJALDE
Periodista de Portafolio
