Hay ideas que se propagan rápidamente y otras que se demoran. A veces quien tiene una idea que considera buena, no entiende por que no se difunde con buen éxito, con el solo hacerla conocer. Atul Gawande, un medico cirujano de los Estados Unidos, considera que solamente el contacto directo con las personas facilita el apoderarse de las ideas innovadoras, que diferentemente se quedan en el aire.
La reflexiones del cirujano salieron en el periódico “The New Yorker” y pertenecen directamente al mundo y a la experiencia médica, pero ofrecen una enseñanza universal. En el siglo IX la difusión de la anestesia y de los antisépticos tuvieron éxitos diferentes. Muy rápida la difusión de la primera y muy lenta la utilización de los segundos.
Las dos novedades ofrecían claras mejorías en el trabajo y ventajas económicas. Pero la primera consentía un trabajo más sencillo a los cirujanos, los segundos exigían más atención y cuidado. Esto puede explicar porque algunas nuevas propuestas no reciben mucha consideración a pesar de lo valioso que tienen. A veces, todavía, hay ideas sencillas y inmediatas que no logran ser recibidas.
Un plan de formación ginecológico hecho in India encontró dificultad en convencer las enfermeras y las pacientes a poner el niño recién nacido a contacto con la piel (pecho o barriga) de la mama.
Las personas sabían o se las informaba bien de los beneficios, pero al final no se cumplía y en lugares fríos y sin recursos técnicos lo niños seguían padeciendo hipotermia.
Buscando remedios a estas resistencias, parece que dar capacitaciones y mostrar vídeos educativos no sirve mucho. Tampoco sirve la constricción, con normas y sanciones. Hay el riesgo que, en lugares ya complicados por dificultades objetivas, las personas se desanimen, renunciando a aprender.
Para crear nuevas normas hay que entender las vigentes y enterarse de lo que impide proceder con nuevos criterios. Parece que el único remedio sea el dialogo personal. Lo nuevo hay que transmitirlo de una persona a otra, poniendo la cara más que una pantalla. Los medios de comunicación pueden alcanzar a proponer la idea, pero las personas deciden actuar solo cuando conocen y tienen confianza en quien brinda una guía para la mutación.
Al fin la relación humana directa es la manera más eficaz para vencer la resistencia y avanzar en el cambio. Un buen trato y la experiencia práctica pueden lograr algo nuevo.
Hay otra ventaja. Si nos gustan las ideas que buscamos llevar a los demás, la manera mejor para vivirlas es compartirlas directamente con las personas. Esperar que los demás puedan conocer estas ideas, averiguarlas y experimentarlas, toma mucho tiempo. Esperando un gran éxito en el futuro, desaprovechamos de la pequeña pero fundamental alegría de vivirlas nosotros ahora ya. No importa que se actúe con una sola persona, importa que se actúe.
