Dos semanas después de haberse confirmado el primer caso de coronavirus en Colombia, las autoridades de Bogotá y Cundinamarca decidieron poner en marcha el simulacro de aislamiento preventivo que terminó uniéndose con la cuarentena nacional obligatoria que empezó el 25 de marzo y va inicialmente hasta el 13 de abril.
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El confinamiento mezclado con un abastecimiento inusual por parte de los hogares, junto a las medidas que ha venido tomando el Gobierno como reducir los precios de la gasolina, serían los primeros impactos que se sentirían en la inflación de marzo.
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Sin embargo, de acuerdo con analistas, el efecto que tendría el menor consumo de las personas por la desaceleración económica y el cese de actividades, se recogería en los próximos meses y no en el que acaba de terminar, logrando de esta manera que la inflación llegue a descender más adelante.
Así las cosas, el dato del IPC del tercer mes del año que publica el Dane este sábado no alcanzaría a recoger todo el impacto que ha traído consigo la covid-19 al país.
Aunque las expectativas de los expertos son variadas, en promedio esperan una inflación de 0,48% durante marzo y un dato anualizado de 3,73%, ubicándose aún dentro del rango meta del Banco de la República. Cabe decir que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) mensual proyectado sería similar al registrado en el mismo lapso de 2019, dado que la cifra en ese momento fue de 0,43%, no obstante, la anualizada ese mes fue de 3,21%, superior a la ya descrita.
Entre los que consideran un mayor crecimiento de los precios para marzo está Daniel Lombana, estratega de Acción Fiduciaria, que dice que la inflación mensual sería 0,63% para un dato anual de 3,93%.
Para él, los factores que se verán reflejados en los precios al consumidor del mes pasado están el exceso de demanda de productos alimenticios y medicinales que llevaron a un aumento de sus precios en semanas pasadas previo a los ejercicios de cuarentena y el alza de los valores del sistema masivo de transporte en la capital a inicios del mes.
Además, explica que aunque el salto fuerte de la divisa norteamericana se dio a mediados de marzo, superando los $4.000, este todavía se tardaría en sentirse en los precios al consumidor. Sin embargo, el IPC del mes pasado ya habría reflejado mayores costos en productos importados debido al traslado del precio del dólar que se tenía a finales del año pasado, el cual fue superior a los $3.400.
Para Munir Jalil, economista jefe de BTG Pactual para la región andina, el dato mensual sería de 0,53% y el anual se ubicaría en 3,81%. Sin embargo, el sesgo de la cifra debería ser a la baja, dijo.
Agregó que “la pronunciada desaceleración económica debería contrarrestar lo que van a ser incrementos importantes en los precios de los alimentos al igual que la subida del precio del dólar. Entre más prolongado sea el período de confinamiento, más fuerte debería ser la caída en la inflación”.
De otro lado, Jalil dijo que “sin lugar a dudas el decrecimiento económico será la fuerza dominante de la inflación en 2020. Los efectos de esta caída en actividad terminarán dominando sobre los grupos que muestren incrementos en el año”.
Por su parte, Wilson Tovar, gerente de Estudios Económicos de Acciones y Valores, dijo que el IPC de marzo sería de 0,43% y el anualizado de 3,5%. Según comentó, “veremos en adelante, cómo va a cambiar sustancialmente la composición de la inflación, toda la economía cerrada, en estricto sentido nos cierra cualquier expectativa alcista que podría tener la tasa de cambio arriba de $4.000”.
Tovar además dijo que “en un escenario optimista, donde la cuarentena pudiera estarse resolviendo en partes digamos a partir de mayo o junio, la demanda se va a comprimir, hay mucha gente que no va a poder vincularse rápidamente al mercado laboral y esa pérdida de ingreso le resta impulso a la inflación, por eso no la estamos viendo disparada arriba, al contrario la vemos para abajo, pero este efecto de la tasa de cambio nos hace ser un poco conservadores respecto del curso, pero 3,5% va a ser una cifra muy cercana de lo que va a terminar el año”.
De acuerdo con Camilo Pérez, jefe de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, están esperando una variación mensual de 0,49% y en términos anuales, 3,78%. “En el mes de marzo, difícilmente vamos a ver efecto de la menor demanda sobre la inflación, pero sin lugar a dudas, en el resto del año ese va a ser el factor más importante, en nuestra opinión, que va a hacer que la inflación esté bastante contenida e incluso que se mantenga a la baja, es decir que probablemente al cierre del año estemos más cerca del punto medio de la meta al 3%”, resaltó.
Por último, Juan David Ballén, director de Investigaciones Económica de Casa de Bolsa, resaltó que están esperando un inflación mensual de 0,35% y una anual de 3,64%. Así mismo, en línea con los expertos citados, aseguró que los alimentos aumentaron por las compras de pánico que generó la cuarentena.
Sin embargo, explicó que “hay otros factores que fluyeron y compensaron un poco o lo anterior, por una parte tenemos la disminución en el precio del combustible que fue más de $1.000 el mes pasado.
También, el Gobierno anunció que iba a congelar el incremento a los precios de los arriendos y servicios públicos, lo cual está generando que la inflación se modere y compense lo anterior. Así el mediano plazo hay que tener en cuenta que como la economía se está desacelerando y muy seguramente este año no crezcamos, y lo hagamos por debajo del potencial, se van a crear efectos deflacionarios”.
