Jhon Jairo Mosquera Ibargüen es un empresario que se ha levantado con tesón y disciplina, bajo una lógica de resultados que hoy le permiten enarbolar las banderas de un movimiento que irrumpe con fuerza por la conquista de nuevos espacios desde la esfera pública. Éste líder avanza por los senderos del cambio, por la ruptura del continuismo, promoviendo la construcción de una agenda amplia y vinculante que incluya a todos los sectores sociales del Chocó.
Un candidato que como pocos y sin ocultar su atisbo de renovación, habla desde las tribunas sobre emprendimiento y generación de empleos; Desarrollo Sostenible; de los objetivos del milenio (planteados por la ONU); de equidad de género; de la preservación de los ecosistemas; de Economía Solidaría y de reivindicar el patrimonio cultural como el principal activo de su departamento.
Este líder político se ha propuesto construir su programa desde el territorio. A Jhon Jairo sólo se le puede ver desde cualquier municipio y no desde el confort de los escritorios burocráticos; en sus correrías políticas se mantiene siempre en medio de los corregimientos o veredas del departamento, con micrófono en mano y arriba de una tarima; en medio de las calles abordando a la ciudadanía para darles a conocer su propuesta programática; o en el mejor de los casos, en una embarcación fluvial cruzando un caudaloso río para llevar un mensaje de esperanza a alguna población que está sumida en el olvido.
Mosquera Ibargüen puede ser sin lugar a dudas –como el último de los Mohicanos—- uno de los pocos ciudadanos que ponen en alto la identidad del Chocó. Fue el primer alcalde electo—por elección popular– entre los años 2001 y 2004 del municipio del Medio Baudó, y uno de los mandatarios más jóvenes del país. Así mismo, se ha desempeñado como alcalde municipal (e) de Yondó Antioquia, ha sido jefe de la División de Asuntos Legales y de Participación Ciudadana de la Gobernación del Chocó; Defensor Público de la Defensoría del Pueblo, Docente universitario y un gran consultor de alto nivel de la Dirección de Asuntos para las Comunidades Negras Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras del Ministerio de Interior y Justicia.
Este empresario y férreo defensor de lo público cada día suma más adeptos para su movimiento, el cual avanza con fuerza desde todos los rincones del departamento. A Jhon Jairo Mosquera Ibargüen nunca se le conoce con precisión su paradero, un día puede estar en Istmina, luego en Condoto y posteriormente –como si fuera una ráfaga de viento—en el Bajo Atrato escuchando con entrega a alguna de sus comunidades. Ya sea compartiendo con un resguardo indígena, reunido con la población campesina para hablar sobre proyectos productivos o liderando un acto político de participación masiva como el que tuvo lugar recientemente en Tadó, desde cuya tribuna logró convocar a más de 500 asistentes.
En medio de ese escenario lanzó una de sus promesas más reveladoras: “Queremos un departamento con mejores oportunidades, y este proyecto político es para todos: afrodescendientes; indígenas; jóvenes; mujeres; trabajadores; empresarios y comerciantes; líderes sociales y adultos de la tercera edad”, aseveró.
Este abogado especialista en Derecho Procesal Penal, hoy con sus 52 años de edad se convierte en uno de los lideres predilectos por la opinión publica en medio de la baraja de aspirantes a la Cámara de Representantes por el Chocó. Con el numero 103 por el partido Cambio Radical su voz no pasa desapercibida por ningún rincón o territorio que visita, porque en ella se encuentran los componentes nucleares para construir –entre todos— un departamento con mejores oportunidades desde el emprendimiento que ha sido su principal fortaleza, y con la que ha generado más de 3,500 empleos en la región a través de su marca de ropa que vincula a mujeres de todos los sectores.
Con su nombre en alto busca transformar la historia del departamento. Sus hermanos Nemesio, Digno y María Eugenia reconocen su pasión y su entrega por las causas sociales. A Jhon Jairo en medio de su apretada agenda, se le vislumbra una sonrisa carismática en la comisura de sus labios que sólo transmite seguridad y confianza en el futuro, como aquella que acompaña a los triunfadores, a los hombres que no creen en el destino y que, por el contrario, se lanzan a construir los hechos, sobreponiéndose a los desafíos de su época. Éste líder sueña con aumentar a gran escala la competitividad y hacer del Chocó un departamento más productivo. “Vamos a traer más empleo y servicio social para la gente”, concluye con esta promesa de cambio que se ha convertido—como si fuera un talismán– en su más alto ideal, o en lo que sus seguidores reconocen como su propuesta ganadora.
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