La disfunción sexual es una de las causas más importantes de depresión y ansiedad en el varón, ya que puede llegar a limitar la autoestima. Para evitar que esto suceda, los expertos recomiendan visitar al especialista para comenzar cuanto antes el tratamiento oportuno.
La disfunción eréctil o impotencia es una de las disfunciones sexuales más frecuentes en el hombre. Según el Estudio Epidemiológico para la detección de Disfunciones Sexuales en paciente de Atención Primaria, realizado recientemente por los doctores Lorenzo Guirado y Luis García-Giralda, el 42 por ciento de los españoles de entre 18 y 95 años sufre este trastorno que incapacita a la persona para obtener o mantener una erección apropiada hasta el final de la actividad sexual. Se considera que un hombre padece impotencia sexual cuando hay fracasos en el coito en más de un 50 por ciento de los casos, y esto dura dos o tres meses sin que haya ninguna causa externa que le esté preocupando especialmente.
La otra patología sexual masculina más habitual es la eyaculación precoz. Uno de cada tres hombres padece o padecerá algún grado de eyaculación precoz a lo largo de su vida, es decir, no podrá controlar su reflejo eyaculatorio y tendrá una excitación rápida y una eyaculación involuntaria y temprana.
Según la Sociedad Internacional de Medicina Sexual (ISSM), para que un hombre sufra eyaculación precoz deben darse tres factores:
– control: no es capaz de controlar la eyaculación;
– tiempo: el hombre tarda poco tiempo en eyacular;
– angustia: las consecuencias de su disfunción le provocan estrés y angustia.
Existen dos tipos de eyaculación precoz. La primaria que se refiere a aquella que ha existido siempre, es decir, el individuo nunca ha controlado la eyaculación. La secundaria ocurre cuando se instaura en un momento determinado de la vida del individuo. Ésta última es la más frecuente y ocurre cuando el hombre suele tener eyaculación precoz en el 60 ó 70 por ciento de los encuentros sexuales.
Consejos
– El hombre debe adoptar unos hábitos de vida saludables: cuidar su alimentación, siguiendo preferentemente una dieta de estilo mediterráneo, practicar deporte, evitar malos hábitos como el alcohol… Todo esto ayudará a prevenir la disfunción eréctil.
– Mantener relaciones sexuales al menos una vez a la semana reduce las probabilidades de desarrollar un problema de disfunción eréctil y mejorar el estado anímico y físico del organismo.
– La obesidad es un factor de riesgo, por lo que peder peso puede ayudarte a prevenir las disfunciones sexuales.
– El tabaco, el alcohol y las drogas también favorece estos trastornos.
– Haz partícipe a tu pareja (si se tiene) de lo que te está sucediendo y apóyate en su comprensión para conseguir mejorar tu problema.
– Evitar la automedicación porque puede tener efectos nefastos para la salud.
