El Gobierno Nacional le apostó a modernizar la infraestructura vial del país con la construcción de dobles calzadas en las autopistas nacionales, para que el transporte de carga llegue en menos tiempo y con menores costos a puertos como los de la costa Pacífica. Es una de las fórmulas para mejorar la competitividad.
Para cumplir este ambicioso plan, las obras se vienen ejecutando por tramos y a tres manos: una de ellas es de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) mediante las concesiones; otra es del Instituto Nacional de Vías (Invías) con la obra pública pagada directamente por el Estado; y una tercera es de los privados, que ejecutan los proyectos contratados o por alianzas público privadas (APP).
Un ejemplo de estos trabajos a tres manos se observa con la construcción de la doble calzada en el corredor vial Bogotá-Buenaventura, de 525 kilómetros, por donde se mueve más del 40 por ciento de la carga del país.
Para hacer la nueva y larga vía paralela, el trabajo fue dividido inicialmente en 8 grandes sectores. Unos kilómetros los concesionó la ANI (para trayectos como Bogotá-Girardot y Girardot-Cajamarca, que suman más de 194,6 km), otros los adjudicó por APP de iniciativa privada (35,1 km Ibagué-Cajamarca). Y otros cuantos kilómetros quedaron a cargo de Invías (Cajamarca-Calarcá, incluidos túneles como los de La Línea y entre Loboguerrero y Buenaventura).
Trabajos simultáneos
Quizás donde es más evidente este trabajo combinado y complementario, que lleva a cruzarse en la misma carretera las volquetas cargadas con material de remoción y los buldóceres de la ANI, Invías y sus contratistas, es en el último trayecto de la doble calzada de Buga a Buenaventura.
Aquí, por un lado, la Agencia hace la segunda calzada entre Mediacanoa-Loboguerrero. Son 47,6 kilómetros de los cuales el concesionario (Unión Temporal Desarrollo Vial del Valle del Cauca) terminó 33,6 km, indicó Andrés Silva Villegas, gerente de Infraestructura de Transporte de la ANI. Varios tramos de la vía ya están en operación. Las obras tienen un avance del 67,4 por ciento.
En el otro lado, como continuación de esta carretera, Invías construye la calzada paralela y rehabilita 48 km de vía entre Loboguerrero y Buenaventura. Tiene culminados 31 km. Varios contratistas ejecutan las obras divididas en cuatro tramos. Las obras están avanzadas también un 67 por ciento.
Complejidad y tropiezos
La doble calzada, rehabilitación y repavimentación entre Loboguerrero-Mediacanoa-Buenaventura costarán cerca de 2,2 billones de pesos, incluidos los costos de las interventorías. A estos valores deben sumarse los 947.003 millones de pesos presupuestados para ejecutar 32 km de la autopista 4 G entre Mulaló y Loboguerrero (donde harán 4,1 km de doble calzada), para agilizar el transporte de carga de Cali a Buenaventura.
Los cerca de 3,1 billones de pesos que terminará costando la segunda calzada, las nuevas vías y reconstrucciones de carreteras en este corredor hacia el Pacífico resultan de la complejidad que tienen las obras.
Ingenieros, técnicos, obreros y maquinaria deben trabajar dificultosamente entre las montañas, romper rocas, comprar predios, hacer excavaciones para construir por lo menos 60 puentes, más de una treintena de viaductos y túneles contemplados en este trayecto.
En un recorrido por los frentes de trabajo se advierte que la nueva paralela viene abriéndose camino, con sacudones a la montaña (trayecto Mediacanoa-Loboguerrero) y ganándole la orilla al río Dagua y la quebrada La Víbora (en Loboguerrero -Buenaventura). Pero debido a que parte de esos terrenos son geológicamente inestables, como sucede entre Mediacanoa y Loboguerrero, los derrumbes siguen presentándose. Uno de ellos dañó un tramo pavimentado que estaba listo a comienzos de año para abrirse al tránsito.
Son contratiempos que como la vía vienen de tiempo atrás.
La construcción de la doble calzada entre Loboguerrero, Mediacanoa y Buenaventura se contrató hace más de una década. Pero como suceden con otros proyectos viales en el país, en el sector del Valle del Cauca varios obstáculos han demorado los trabajos.
Una de las causas ha sido la compra de predios. Esto ha llevado a que las obras se hagan por tramos y no de manera continua en la vía.
Otro factor han sido las invasiones. “Las diversas problemáticas con las comunidades asentadas a lo largo del corredor, la gestión predial social generó tiempos mayores de los proyectados para la ejecución de las obras, al igual que la necesidad de recursos adicionales para acuerdos de consulta previa”, declararon directivos de Invías.
A esto se suma lo que en voz baja comentan autoridades de la región, y es que detrás hay también “invasiones orquestadas por una dirigente comunal que busca por esta vía sacar provecho y dineros del Estado”.
Para Invías es también preocupante la situación que ha generado la minería ilegal a lo largo del río Dagua. Las socavaciones, dijo, han generado hundimientos en la banca en diferentes tramos, afectando obras hechas. Por ello han tenido que hacerse unas nuevas “no contempladas en estudios y diseños existentes”.
Pese a estos contratiempos, las obras avanzan con soluciones también a tres manos, con la Vicepresidencia de la República, ANI e Invías, que han puesto el acelerador para que esta larga doble calzada que llevará a camiones y tractomulas con carga a los terminales de Buenaventura quede terminada este diciembre.
Fuente: El Tiempo
