Kinshasha, República Democrática del Congo – En una medida legal importante, la República Democrática del Congo (RDC) emitió un aviso formal a Apple, acusando al gigante tecnológico de utilizar minerales en bruto en sus productos que supuestamente se explotan ilegalmente.
Esta acción marca el inicio de una iniciativa más amplia destinada a frenar la explotación de los recursos naturales del país.
El abogado francés William Bourdon, representante del gobierno de la República Democrática del Congo, explicó la situación durante una entrevista con el Programa Newsday de la BBC.
Según Bourdon, el aviso enviado a Apple el jueves es parte de una estrategia más amplia para «moralizar la forma en que se explotan las materias primas en este país».
El aviso formal alega que los minerales utilizados por Apple provienen de minas donde los grupos rebeldes violan con frecuencia los derechos humanos.
Esta advertencia legal a Apple sigue a las afirmaciones de que los minerales se contrabandean desde el este del Congo a la vecina Ruanda. Una vez en Ruanda, estos recursos supuestamente se blanquean y posteriormente se integran en la cadena de suministro global, incluidos los productos fabricados por Apple.
El aviso también insinúa posibles acciones legales si no se suspenden las supuestas prácticas.
Apple, por su parte, ha negado sistemáticamente cualquier irregularidad. La empresa ha declarado que no hay pruebas que sugieran que alguno de sus proveedores haya financiado o beneficiado a grupos armados en la República Democrática del Congo o en cualquier país adyacente.
La iniciativa de la República Democrática del Congo de abordar la explotación de sus recursos minerales refleja una creciente conciencia y asertividad en la gestión de sus activos de manera más ética y responsable.
Esta postura de la República Democrática del Congo podría sentar un precedente para otras naciones que buscan proteger y gestionar éticamente sus recursos naturales contra la explotación por parte de grandes corporaciones multinacionales.
A medida que se desarrolla esta batalla legal, representa un momento crítico para que la República Democrática del Congo haga valer sus derechos sobre sus recursos naturales y para que las empresas globales garanticen prácticas éticas en sus cadenas de suministro.