El 30 de octubre hubo una reunión en el Congreso que sorprendió a más de uno: el expresidente Uribe decidió sentarse con los senadores de la Farc, con Petro, algunos de los verdes y del polo y otros tantos de los demás partidos. El momento quedó registrado en un puñado de fotos e ilusionó a muchos porque por primera vez se veían a todas las corrientes políticas dialogando para llegar a un acuerdo legislativo.
El tema: la sala especial para militares en la JEP, una en la que el Centro Democrático ha insistido con vehemencia para modificar el Tribunal de Paz, punto de gran choque alrededor del acuerdo con la exguerrilla.
Después de siete horas de reunión, se acordó aumentar el número de magistrados de la JEP que se encargarían exclusivamente de manejar los procesos de los militares, pero sin crear una sala aparte. La decisión estaba tomada, y al mismo tiempo el uribismo se habría comprometido en sacar adelante las 16 curules de las víctimas que se hundieron en el Congreso anterior por menos de un voto, todavía polémico.
Sin embargo, cuando en las comisiones primeras tanto de Senado como de Cámara se reunieron para votar el tratamiento de los militares en la JEP y las curules, el Centro Democrático cambió de decisión y se salió de la plenaria, junto a los conservadores —la otra bancada de gobierno— para hundir los proyectos.
El senador Roy Barreras había anunciado en su Twitter que eso podría pasar. Primero señaló a la consejera para las regiones Karen Abudinen de hacer lobby en el Congreso para no apoyar las curules. Y luego señaló al Centro Democrático de sacrificar la justicia para los militares que tanto defendieron —pero que las mismas fuerzas armadas no veían tan convencidos— con tal de no darles las curules a las víctimas.
Al final, ni tratamiento especial para militares ni puestos en el congreso para las organizaciones de víctimas salieron adelante y la mediática reunión entre las fuerzas políticas opuestas del país se quedó en una buena foto.
Fuente: Las 2 Orillas –
