Hemos vivido varias décadas anclados en el placer de usar y tirar, estrenando constantemente, ebrios por el consumismo, pero… ¿usamos un ordenador hasta que vence su vida útil, tal y como haríamos con una lavadora? Lamentablemente no. La tecnología lleva consigo un abanico de nuevas dependencias que nos atraen y condicionan en el proceso de compra, tal y como ocurre en muchos ámbitos de nuestra vida.
Si nos paramos a pensarlo, no todos tenemos las mismas necesidades en cuanto al uso de los equipos informáticos (ordenadores de sobremesa, portátiles…) y, además, no todo el mundo se ajusta a comprar solo lo que necesita. De hecho, dispositivos en muy buenas condiciones, y con muchos años todavía por delante, se retiran diariamente de las empresas respondiendo a políticas de sustitución por fin de renting o actualización del parque informático, aunque son todavía herramientas útiles para un amplio conjunto de colectivos.
Aquí es donde aparecen conceptos como la economía circular o el reacondicionamiento de los equipos. Poco a poco, este mercado está adquiriendo una importancia creciente y está llamando la atención de los grandes inversores internacionales. Según algunos estudios, mueve una cifra de negocio nada desdeñable, cercana a los 80 000 millones de dólares a nivel mundial.
Economía circular
No tendría mucho sentido plantearse ahora la posibilidad de adquirir un PC o un portátil de hace veinte años, menos aún en el ámbito corporativo, pero sí es perfectamente factible que usemos uno que tenga entre uno y tres años, aunque no cuente con componentes de última generación. La idea que hay detrás de esta “tecnología circular” es la de dar una segunda vida a estos dispositivos, evitando que acaben en puntos limpios esperando para su gestión como residuos.
Además de mejorar la sostenibilidad, el coste de estos equipos se sitúa en un 30% del precio original
Es tan sencillo como cambiar algunos de sus componentes —añadir memoria, sustituir el disco duro o mejorar la tarjeta gráfica— ¡et voilà! Estamos estrenando de nuevo. Esta flexibilidad que ofrecen los equipos informáticos profesionales, en un modelo de economía circular, permite que dichos equipos se puedan seguir utilizando y que, a pesar de que se hayan retirado de la primera línea en algunos casos, en otros se conviertan en una solución perfecta y con un coste mucho más ajustado (alrededor de un 30% del precio original del equipo). Pero, además, de este modo se apoya la transición hacia un consumo más sostenible, reduciendo la producción de residuos al capturar materiales cuyo destino era el vertedero y mandarlos de vuelta al mercado en condiciones preferentes.
Definir el perfil de uso
Debemos ser realistas: no todo el mundo tiene las mismas necesidades y no todas las personas requieren, de verdad, un ordenador con la última hornada de procesadores, memoria o disco duro para poder desarrollar de forma adecuada sus tareas, ya sea en un entorno doméstico o profesional.
Seguramente, un informático, un arquitecto o un profesional de las artes gráficas necesiten determinadas capacidades y funciones en sus equipos para poder ser productivos en su trabajo. Este tipo de colectivos manejan aplicaciones específicas que requieren que el ordenador en el que se ejecutan disponga de un equipamiento técnico de alto nivel. Pero hay otros perfiles de usuarios que son mucho más flexibles a este respecto, que podrían trabajar exactamente igual con un abanico de configuraciones mucho más amplio. De hecho, para el área de TI es muy importante conocer bien estos distintos niveles de necesidad para poder adaptar la adquisición de equipos a los perfiles de los usuarios.
Esto también ocurre en el ámbito personal. No es lo mismo buscar un equipo para el uso típico en el hogar (consultar el correo, navegar por la web o utilizarlo como una herramienta imprescindible en los estudios…) que enfocarlo hacia un uso más relacionado con el ocio multimedia y la ejecución de juegos con elevados requerimientos gráficos. En este contexto, existen grupos de consumidores mucho más exigentes, que invierten un mayor presupuesto en configuraciones de última generación que van adaptando y mejorando con el tiempo.
Equipos reacondicionados
Pero ¿cómo se aplica el concepto de economía circular al mundo de los equipos? Cada cierto tiempo, en la mayoría de las empresas o Administraciones Públicas se produce un excedente de portátiles o PC de sobremesa. Esto puede deberse a cambios en las composiciones de las plantillas, al fin de los períodos de renting o alquiler del equipamiento, o bien a inversiones que hacen estas organizaciones para modernizar sus portátiles corporativos, normalmente una vez que ha finalizado el período de amortización de los activos.
Equipos profesionales, con baterías diseñadas para permanecer conectadas durante más de diez horas al día
Hablamos siempre de equipos de ámbito profesional, bien conservados, con baterías diseñadas para permanecer conectadas durante más de diez horas al día, mejoras en opciones de conectividad y un equipamiento técnico medio/alto.
La apuesta de Jet Computer se basa precisamente en este escenario: recoger estos equipos de gama profesional y acondicionarlos para darles una segunda vida. De hecho, tras una puesta a punto y alguna sustitución, volveríamos a hablar de un ordenador con muchos años todavía por delante, perfecto para su uso en entornos empresariales de todos los tamaños y sectores, en startups o centros de formación, o incluso a nivel personal para su uso en un ámbito doméstico.
En la actualidad, Jet Computer tiene acuerdos con las grandes firmas de fabricantes en este sector, y también con las grandes corporaciones y Administraciones Públicas que ponen en marcha estos procesos de renovación tecnológica. Lógicamente, entre los servicios que se ofrecen se incluyen también los necesarios acuerdos de confidencialidad, de garantía de borrado de la información almacenada, etc.
Respuesta rápida al teletrabajo
Un ejemplo claro de lo que pueden aportar este tipo de dispositivos lo hemos vivido recientemente. Durante la crisis sanitaria por COVID-19, así como durante el posterior confinamiento, muchas empresas han tenido que desarrollar un modelo de teletrabajo prácticamente de un día para otro. Aparte de aspectos como la seguridad de la información, la accesibilidad a las aplicaciones o los modelos de colaboración, en muchos casos se ha tenido que ampliar de forma importante el parque de dispositivos corporativos para facilitar que los empleados puedan seguir realizando las tareas desde su casa.
Durante los últimos meses se han duplicado las ventas de este tipo de productos.
De hecho, según nuestra experiencia, durante los últimos meses se han duplicado las ventas de este tipo de productos. Esto se debe a dos factores fundamentales. Por un lado, a una mayor demanda de este tipo de equipos, derivada de la obligatoriedad del teletrabajo, unida a un coste notablemente inferior al de un dispositivo nuevo. Pero, por otra parte, también está influyendo la tendencia social hacia el consumo ético y responsable, que deriva en beneficios para el medioambiente.
