En los tres meses de confinamiento por la COVID19 los pequeños y no tan pequeños de la casa han incorporado la tecnología en sus vidas más allá del entretenimiento. También los docentes han tenido que hacer un mayor uso de las herramientas que le permitían seguir el plan de estudios que tenían planificado para el curso anterior.
La incertidumbre ante un nuevo curso escolar extraño, ha instado a padres, madres y profesores a prepararse tecnológicamente “por lo que pueda pasar” (frase estrella en los últimos meses). Ya la tecnología había revolucionado las aulas con el uso de dispositivos móviles o pizarras digitales. Ahora volverá hacerlo con la nueva convivencia entre lo presencial y lo telemático.
¿Cómo conseguir un aprendizaje digitalizado accesible?
El primer paso está en que todas las variables remen a favor de poder permitir que, tanto centros educativos, como familias, dispongan de un acceso cómodo y de calidad a un bien que ya es de primera necesidad. La tecnología está cada vez más extendida, pero aún no está abierta al disfrute total de todos.
Más que prohibir el móvil, los centros educativos deberían usarlo como herramienta para aportar contenido a los temas académicos que se están tratando
Caminos para empezar a erradicar la brecha digital
Al margen de lo que las administraciones y el Gobierno dictaminen en cada uno de sus mandatos, los que nos dedicamos a acercar la transformación digital a todos los sectores, tenemos claras las claves esenciales para conseguir una educación digitalizada.
- Comunicación completa y eficaz: los centros escolares y las familias necesitan herramientas y aplicaciones que faciliten una comunicación rápida y eficiente.
- Formación y adaptación: formar al profesorado y a los padres y madres en el uso de las tecnologías que usan los hijos e hijas en el aula es fundamental. Afortunadamente, herramientas como Zoom o Google Classroom, son bastante intuitivas, por lo que la inversión en formación no supondría un gasto de tiempo y dinero elevado.
- Portales colaborativos: el profesorado, las familias y los alumnos deberían encontrar toda la documentación necesaria en un mismo lugar para facilitar el aprendizaje. También deberían tener concentradas en un mismo espacio todas las aplicaciones y herramientas digitales usadas en el aula.
- Superar la brecha digital: trabajar para que la mayoría de los alumnos tengan acceso a internet y a un dispositivo desde el que puedan seguir el ritmo de las clases.
- Usar la nube y potenciar las videollamadas: los trabajos en grupo pasan a hacerse por videollamada gracias a herramientas como Meet o Zoom. Es importante también, que los alumnos aprendan a manejar las posibilidades que les ofrece la nube para su aprendizaje: documentos colaborativos, subida de archivos, edición en tiempo real, etc.
- Uso educativo del smartphone: muchos niños y adolescentes ya coquetan con un móvil hoy día. Son, además, usuarios acérrimos de las redes sociales. Más que prohibir el móvil, los centros educativos deberían usarlo como herramienta para aportar contenido a los temas académicos que se están tratando. También deben aprovechar para impartir lecciones prácticas del buen uso de esta herramienta que es ya casi una extensión de la vida en sociedad.
Estas ideas sobre innovación y tecnología solo son un paso más en este cambio que estamos dando en nuestra vida desde que el coronavirus llegó a nuestro país. Debemos seguir observando qué es lo que funciona y qué herramientas podemos seguir aportando para que el ritmo de los colegios no se pierda y los estudiantes de ahora salgan reforzados de toda esta situación.
