En los próximos días estudiantes de todas las edades comenzarán un curso escolar incierto. Los colegios y centros académicos han trabajado a contrarreloj para adaptarse a las nuevas necesidades y garantizar un entorno de aprendizaje seguro para alumnos, docentes y equipo de soporte. Un reto que comparten con las familias, que calendario en mano y con cierto temor, se preparan para la posibilidad de que la mesa del comedor pase a ser un espacio compartido de coworking y de aprendizaje.
La incertidumbre sobre las medidas que se están aplicando y los riesgos que estamos incurriendo ante el inicio del curso escolar es uno de los temas que más preocupa a los centros educativos que se han visto forzados, tras la experiencia durante el confinamiento, a implementar de manera acelerada soluciones para facilitar la enseñanza online. La conciliación laboral, los nuevos horarios escolares, la comunicación familia/colegio y los protocolos de seguridad son algunos de los aspectos más comentados en los grupos de WhatsApp de padres. El reto real para colegios y familias es la adaptación al cambio que la pandemia ha impuesto y aprender a cambiar las rutinas y protocolos existentes en centros escolares.
Si la tecnología ya había revolucionado hace unos años el aprendizaje con la introducción del uso de dispositivos móviles y pizarras digitales en las aulas, la nueva realidad supondrá un antes y un después en el sector educativo. Los modelos de enseñanza tradicionales dan paso a un modelo de «blended learning» de enseñanza presencial y online donde todos puedan tener medios para poder recibir una formación de calidad.
Por suerte, la tecnología está de nuestro lado. Móviles, portátiles y tabletas son parte de nuestro día a día. El uso de las apps facilita la comunicación entre las familias, centros educativos y escuelas.
Las claves para conseguir una educación digitalizada son:
– Comunicación 360o: poner a disposición de centros escolares y familias herramientas y aplicaciones que permitan una comunicación rápida y eficiente. Los centros deberían focalizarse en integrar todos los canales de comunicación en un único punto de acceso tanto para los padres como para el colegio
– Flexibilidad y adaptación: facilitar la formación del profesorado en las nuevas tecnologías y plataformas digitales (como ZOOM, Google Classroom, pizarras colaborativas como Miro y otras de uso gratuito y MS Teams) para que sean mejores facilitadores del aprendizaje en un entorno tecnológico
– Aprendizaje personalizado: la personalización del aprendizaje es una realidad gracias al uso de inteligencia artificial. No todos los alumnos avanzan al mismo ritmo, la tecnología cognitiva y el uso de chatbots que orienten a los alumnos en qué materias deben profundizar, puede ayudar a los profesores a identificar qué alumnos necesitan refuerzo y apoyarles en este proceso
– Portales de conocimiento compartido: poner a disposición de profesorado, familias y alumnos toda la documentación para facilitar el aprendizaje. informes escolares, deberes y tareas pendientes (para que los padres puedan hacer un seguimiento desde casa), acceso a las temidas (o esperadas) notas y centralización de todas las herramientas digitales del colegio, desde cualquier dispositivo y cualquier lugar. En las empresas está ahora muy demandada la centralización de herramientas e información en un «Digital Workspace», y su variante «Digital Studyspace» sería muy bienvenida en entornos escolares
– Enseñanza por proyectos: las quedadas en casa de un compañero pasan a ser reuniones virtuales por videoconferencia gracias a herramientas como Google Meet o Hangouts. Los proyectos pueden compartirse fácilmente entre compañeros a través de enlaces compartidos y difundirse en la nube
– Brecha digital: conseguir que la mayoría de los alumnos tenga acceso a internet y a un dispositivo móvil que les permita seguir el ritmo de las clases
– Continuidad en la educación: ¿y cómo hacemos todo esto en un entorno amenazado por Covid-19? Aquí la tecnología también responde. Por ejemplo, la app COwin-KIDS, aplicación desarrollada por Enzyme Advising Group que minimiza la disrupción educativa permitiendo comunicar al centro educativo un positivo por Covid-19 para que se pueda activar el protocolo de seguridad de manera inmediata y frenar la propagación del virus
Hemos incorporado en los tres meses de confinamiento tecnología e innovación en los procesos de aprendizaje. Nuestro objetivo a corto plazo debe ser el seguir impulsando estos cambios porque aunque hemos avanzado, todavía tenemos mucho camino por recorrer. Recordemos que toda disrupción ofrece también grandes oportunidades de mejora.
Elaborado por Imma Salmerón, Marketing Manager, Enzyme Advising Group
