Un resultado común de caminar por cualquier feria de arte es darte cuenta de que, después de dos horas, no quedan más que un puñado de obras en la memoria. Y los que están a la vista en el stand Frieze de Capsule Shanghai en Nueva York probablemente se encuentren entre ese puñado esta vez.
En la sección Focus para galerías jóvenes, Capsule muestra obras de Tao Siqi. Al pasar por el stand, es casi obligatorio mirar dos veces. Escenas sensuales y violentas (esclavitud, asfixia y otras actividades pervertidas) están representadas en amarillos y rojos fluorescentes. Las obras de Tao están inspiradas en Las flores del mal, la exploración de 1857 del poeta francés Charles Baudelaire sobre la belleza, la decadencia, el erotismo y la dualidad de la naturaleza humana. Baudelaire exploró el lado oscuro del amor; Tao también lo hace.
Algunas de las obras están enmarcadas en metal y cortinas de cota de malla cubren la pared trasera del stand, un buen toque. «Siqi utiliza mucho metal para exhibir su obra», dijo el director de la galería, Zhiyi Zhou. «Quiere crear una yuxtaposición entre la frialdad, la dureza del metal contra la suavidad, la calidez de la lujuria y la carne humana que retrata en las pinturas».
La ubicación del stand no podría haber sido mejor. Si bien el stand no se encuentra en el área más transitada, el espacio de Capsule tiene vista al segundo piso del Shed, donde las galerías de primera línea atraen la mayor parte de la atención. Es emocionante pasar un rato con las claustrofóbicas imágenes de Tao, luego darse la vuelta y ver la extensión del piso inferior del Shed, donde personas diminutas se arremolinan.
Sería negligente no mencionar la presentación del trabajo de Leyla Faye en Company Gallery, que se encuentra justo detrás del stand de Capsule en la sección Focus. Faye pinta muñecos gigantes al revés que salen de sus lienzos. Esas muñecas, que son famosas por tomar a veces la forma de figuras de mamás, se incluyen aquí como una declaración sobre el racismo y la cosificación de las mujeres negras. Eso no se presta exactamente al humor, pero las pinturas de Faye, con sus partes de muñecas desmontadas y caras sonrientes, también son maravillosamente divertidas, lo que demuestra que las risas y las críticas agudas no son incompatibles.
