Este lunes se espera la llegada de la religiosa a Pasto. La hermana Gloria Narváez estuvo cuatro años y 8 meses secuestrada en África, donde estaba de misionera.
Noticias Pasto.
Tras un proceso médico y psicológico en Italia a donde llegó tras ser liberada por Al Qaeda en África, la hermana Gloria Narváez llegó a Colombia la semana pasada y este lunes se espera visite Pasto, en Nariño.
La religiosa Gloria Narváez liberada en Malí ya está en Colombia, este lunes llega a Pasto
La religiosa recordó cómo fue el secuestro en 2017 cuando hombres armados ingresaron a la misión donde vivían, en una zona apartada de Malí.
Ese día ella intervino para que los sujetos, que eran miembros de la organización terrorista, se llevaran a otras hermanas.
Cuando se la llevaron secuestrada, pasó desde cumpir labores de cocina y otras tareas a las que la ponían, a soportar las inclementes temperaturas del desuerto, hasta 45 grados o más.
A ella, le tocó en huida muchas veces cuando los drones descubrían.
La ponían a recorrer el desierto en campamentos, a ella y al grupo secuestrado que tenían con ellos.
Contó que la amenazaban constamente o se burlaban de ella, por su religión (católica). Les cambiaba un grupo con diferente jefe.
La tenían como la cuidadora y enfermera de una mujer de nacionalidad francesa. Estaba con una canadiense, «estuvo con nosotros seis, después se la llevaron, y no sabemos si la liberaron o qué pasó con ella», y ciudadanos de otras nacionalidades.
A otra secuestrada, una suiza, «se la llevaron lejos y se escucharon varios disparos», la hermana Gloria no supo si la mataron. Las noticias internacionales reportaron que la extranjera si murió a manos de Al Qaeda.
De entre las cosas buenas que recuerda, las estrellas fugaces que podía ver «tan de cerca. Yo me preguntaba si yo conociera bien como orientarme con las estrellas, ver cómo irnos (fugarse), y es que esa es la técnica de pastores que siguen estas luces en el cielo.
Una vez alcanzó a salir del campamento y a retirarse unos metros, estaba dispuesta a irse. Pero la alcanzaron, y uno de los terroristas, la golpeó.
Varias veces tuvo que escuchar: «¡Te vamos a matar!», y que le apuntaran con las armas de fuego.
Cuando le dijeron que había sido liberada, le expresó al gobierno de Malí su agradecimiento por el esfuerzo para sacarla de las ‘garras’ de Al Qaeda, y les pidió disculpas si dentro de su trabajo misionero allí, «los ofendimos o hicimos algo fuera de su cultura».
Así habló con la revista Semana.
