Home Archivo Lo positivo de pedir disculpas

Lo positivo de pedir disculpas

por Redacción BL
0 comentario

Todos sabemos que somos fruto de la relaciones con nuestros semejantes; de cómo esas relaciones se desarrollan. Estas relaciones se manifiestan en un ambiente más o menos familiar, libre, dirigido, afectivo, etc.

Sí es verdad que sea el ambiente que sea, todos hemos asumido desde pequeños que existen unas normas establecidas por los adultos que debemos cumplir; es lo que llamamos heteronomía moral, porque es algo que está impuesto o establecido por otros. Ante esta realidad cabe preguntarse qué ocurre cuando alguien incumple una norma de forma intencionada o no.

También se nos enseñó desde pequeños, que hay que pedir disculpas puesto que se trata de una norma social establecida que sirve para respetar a los demás y ser respetado. Pues bien, qué ocurre cuando el que tiene que pedir disculpas es un adulto, ¿sabe hacerlo?, ¿pide disculpas a quien realmente tiene que pedirlas?, ¿pide disculpas en el momento adecuado?, ¿cómo se siente el adulto cuando pide disculpas a un niño?, ¿cómo nos sentimos nosotros cuando sabemos que tenemos que pedir disculpas a nuestros hijos y no lo hacemos?

Disculpas con auténtica sinceridad

Realmente, y creo no descubrir nada con esto, posee gran efectividad pedir disculpas a un niño por la enseñanza que entraña para él y por el alto valor educativo que comporta. Las primeras veces que un niño recibe disculpas de un adulto aparece cara de incredulidad. El adulto para el niño es el patrón de conducta que “normalmente” no se equivoca, suele hacer las cosas bien, …, pero efectivamente, hay ocasiones en que también comete errores y a veces de bulto.

Lo que ocurre es que hay disculpas y disculpas. No nos referimos a esa disculpa informal, de un error sin trascendencia, que por otro lado, también es conveniente reconocer. En este caso, las disculpas que más efecto producen en el receptor son las de auténtica sinceridad, las de verdad. Estas disculpas hacen más vulnerable al adulto y hacen más iguales a todos. En las ocasiones en que se pide disculpa de forma sincera se trata con la persona auténtica, no con el adulto, con el padre o madre que están habituados a tratar los más pequeños de la casa.

Cuando los pequeños de la casa ven auténtica sinceridad en alguna disculpa que hacemos se suele producir, de forma implícita, un acercamiento entre los miembros de la familia o del grupo social al que se pertenece. Un mayor entendimiento y sobre todo respeto y admiración entre todos porque existe en el ambiente lo que conocemos como sinceridad que podríamos afirmar que es uno de los componentes fundamentales de una buena disculpa. Se trata en definitiva, de dejar aflorar en nuestras manifestaciones y conducta la persona de carne y hueso que llevamos dentro.

Por otro lado una vez que nos acostumbramos a pedir disculpas, comprobamos cómo la relación entre los miembros del grupo se hace más afectiva y se estrechan más los lazos de unión. Y es que llama la atención ver que estamos más predispuestos a pedir disculpas a un adulto, amigo, vecino, etc. y nos cuesta más hacerlo con los más pequeños, con nuestros hijos, siendo que el resultado y efecto positivo que se alcanza es muy grande.

También te puede interesar

Deje un comentario

Noticias de Buenaventura y el mundo

2024 – All Right Reserved. [email protected]